Este día, las autoridades sanitarias rusas dieron a conocer que fue probada con éxito su segunda vacuna contra la COVID-19, lo que ha causado polémica entre la comunidad científica a nivel mundial.
La agencia de Gobierno Rospotrebnadzor (Servicio Federal de Supervisión para la Protección de los Derechos del Consumidor y el Bienestar Humano en español) informó la vacuna experimental desarrollada por el Centro Estatal de Investigación en Virología y Botecnología Véktor fue administrada a catorce voluntarios y que ‘todos dijeron sentirse bien’.
La prensa rusa resaltó que, hasta el momento, ninguna persona que haya recibido esta vacuna ha presentado problemas o efectos secundarios; además, todos los participantes están bajo supervisión médica.
El Financiero indica que en los próximos cinco días se presentará otro informe sobre la seguridad y eficacia de esta segunda vacuna rusa contra la COVID-19 y, posteriormente, los expertos definirán el inicio de la fase dos de los ensayos clínicos.
Aunque para muchas personas se aliviaron al saber que ya había una vacuna registrada contra el coronavirus, varios investigadores internacionales alertaron sobre la rapidez de su desarrollo y consideraron que ‘no se habían respetado varios procesos científicos para acelerar un trabajo realizado bajo la presión de Moscú’.
Esta reacción fue similar a la de los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), quienes recordaron que deben cumplirse todas las fases de testeo antes de que se conceda una licencia.
Al respecto, el día de ayer, Tarik Jasarevic, quien fungió como vocero de la OMS en una rueda de prensa, recalcó que ‘acelerar los progresos no debe significar poner en compromiso la seguridad’.
Con información de Dinero en Imagen, El Financiero y Excélsior
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