“Cada semana nos tragamos el equivalente a una tarjeta de crédito en microplásticos”, asegura la activista medioambiental y experta en medio ambiente marino Elizabeth Sherr, nacida en Estados Unidos y radicada en Barcelona.
Afirma que alimentos cotidianos como pescados, cerveza, miel, azúcar o arroz contienen microplásticos.
En una entrevista con Efe, Sherr – quien tiene más de 130 mil seguidores en Tik Tok– explicó que el impacto del ser humano se nota sobre todo en los océanos, que absorben buena parte de la basura que se genera en la tierra, incluso en zonas lejanas del mar.
Sherr desarrolla su activismo en las redes sociales y fue elegida por el Parlamento europeo para amadrinar una campaña para recoger residuos que concluyó el pasado 8 de junio, coincidiendo con el Día Mundial de los Océanos.
La iniciativa se propuso recoger 502 mil piezas de basura en apenas diez días, instando a usuarios de la red social a recuperar alguna basura que encontraran en el medio ambiente, y subir un video con su acción.
En total se recogieron más de 600 mil residuos, superando las expectativas, con la participación de personas de más de 33 países.
Las redes sociales, dice la activista, son una buena manera para llegar a un público global e impulsar campañas amplias para concienciar sobre el cuidado del medio ambiente y el ecologismo.
Sherr lanzó sus primeros retos de manera individual: “Anuncié que yo misma recogería una pieza de basura por cada colilla que alguno de mis seguidores recuperase de la playa, pero pronto no pude dar abasto”.
Para Sherr, cuidar los océanos no es sólo una cuestión de preservar un ecosistema, sino de cuidar la salud de las personas, porque los plásticos que lanzamos no desaparecen, sino que llegan de vuelta hasta nosotros por múltiples vías, como los alimentos que consumimos.