Con equipo especial de detección, se demuestra emisión continua de metano, benceno, tolueno, etano y propano en Pantepec y Venustiano Carranza
Emisiones de gases en tres pozos de explotación de gas natural con la técnica de fracking dañan la salud de pobladores y contaminan el ambiente de Pantepec y Venustiano Carranza.
Lo denuncia la Alianza Mexicana contra el Fracking, luego de detectar en esos sitios emisiones continuas de quÃmicos que afectan vÃas respiratorias, sistema nervioso central y se relacionan con desarrollo de cáncer.
Además, metano, tolueno, benceno, etano y propano provocan efecto invernadero, explican estudios cientÃficos ambientales en todo el mundo.
En videograbaciones y fotografÃas realizadas por la organización Earthworks con cámara térmica FLIR –sensor infrarrojo– se evidencian fugas (por desperfectos de equipo) y emisiones fugitivas (que las empresas extractoras no vigilan, reportan ni atienden).
La inspección fue realizada del 10 al 14 de octubre, informaron los activistas antifracking en un comunicado.
En Pantepec, el pozo Pankiwi-EXP1, a 500 metros del ejido El Tablón, fue perforado por Pemex en 2018, explotado hasta 2019 y abandonado.
Hay otros tres pozos en desuso y las válvulas de gas de los cuatro mantienen combustión constante, visible por las llamas y el burbujeo permanente del agua circundante.
Por dolores intensos y prolongados de cabeza, dificultades para mantener el equilibrio, náuseas, problemas digestivos y brote de enfermedades respiratorias, los vecinos del ejido tienen que trasladarse a la comunidad de Mecapalapa en busca de atención médica, testificaron pobladores.
Sus pozos se secaron. Por primera vez, los ejidatarios deben comprar agua en pipas.
En el municipio de Venustiano Carranza fueron medidas las emisiones nocivas de dos campos de explotación: Coapechaca y Agua FrÃa.
En el primero, salen hidrocarburos de los escapes de compresores y un quemador de gas que emite compuestos orgánicos volátiles –es decir, que contienen carbono– y metano.
Y en el segundo, con 150 pozos fracturados para extraer gas y petróleo, hay emisiones fugitivas de hidrocarburos al aire y la combustión del gas natural resulta incompleta.
En los tres casos, las emisiones tóxicas se concentran en las poblaciones más cercanas, cuyos habitantes las respiran, ingieren y absorben por la piel.
Esta afectación se suma a las condiciones de vulnerabilidad de estas comunidades, aseguró Alejandra Jiménez, a nombre de la Alianza Mexicana.
Pese al daño, se inyectarán 4 mil millones
Aunque el daño a las personas que viven y trabajan cerca de pozos de fracking y al medio ambiente ha sido documentado en todo el mundo, México continúa con esta práctica.
El próximo año, se financiarán los proyectos de este tipo con 4 mil millones de pesos de recursos públicos, indica la Alianza Mexicana contra el Fracking.
La explotación con esta técnica inició en México en 2006.
El grupo de activistas que ha documentado la afectación se opone desde 2013 a la permisión de explotación por esta vÃa.
La técnica consiste en perforar pozos de 3 mil a 5 mil metros de profundidad e inyectar agua dulce –hasta 29 millones de litros– mezclada con sustancias tóxicas como arsénico y benceno.
Los pozos poblanos revisados por la Alianza Mexicana contra el Fracking forman parte del proyecto Aceite Terciario del Golfo, continuación del denominado Chicontepec.
La SecretarÃa de EnergÃa indica que el campo Agua FrÃa fue explorado desde la década de los 80, junto con el denominado TajÃn, en Veracruz, y el de Coapechaca comenzó a ser sondeado en los años 90.