Mariana Flores
“Es mi lucha y es mi causa defender a las comunidades indígenas, marginadas por el sistema de justicia penal, el cual excluye a los hablantes únicamente de lenguas indígenas e invisibiliza sus derechos”, dijo la abogada Marivel Rodríguez.
Originaria de Zoyatla, comunidad ubicada en el municipio de Tepeojuma, donde la mayoría de sus habitantes sólo dominan el náhuatl, se dedica a atender casos de personas que no hablan español, fungiendo como representante legal y traductora de náhuatl, otomí y totonaco.
Con motivo del Día del Respeto a la Diversidad Cultural, la abogada narró para Crónica Puebla que la mayor parte de casos que atiende son por violaciones a los derechos humanos, por parte de funcionarios públicos.
Su vocación se dio tras una mala experiencia de su madre, cuando quiso denunciar negligencia médica por parte de un hospital privado. Esto la motivó a representar a personas que no hablan o dominan el español, quienes buscan justicia.
En Puebla hay un área de la Fiscalía General del Estado (FGE) que ofrece asistencia jurídica específica para personas indígenas o de escasos recursos económicos, la cual se encuentra en el edificio de la 6 Norte #1003, Centro Histórico de la capital poblana.
Pese a ello, abogada señaló que no todas las personas que quieren interponer una demanda o requieren algún servicio público pueden viajar desde sus comunidades a la capital poblana, pues diversos procesos requieren de más de un día de trámites.
Con lo anterior, Marivel Rodríguez representa a por lo menos 60 personas originarias de distintas comunidades, principalmente de las sierras Norte y Nororiental, así como región Mixteca de Puebla.
El trabajo de representación legal y traducción no tiene costo, por lo que solventa sus gastos ejerciendo como abogada también en la capital poblana.
“Es mi granito de arena, por una sociedad más incluyente”, sentenció.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en Puebla se identifican siete principales lenguas indígenas, las que son habladas por 601 mil 680 hombres y mujeres.
Los anteriores números colocan a la entidad en cuarto lugar a nivel nacional con mayor población hablante de lengua indígena.
EL CAMBIO
El 12 de octubre se denominaba Día de la Raza. En 1942, con motivo del quinto siglo de conmemoración, los festejos se denominaron “Encuentro de dos mundos”.
Con los años el término raza ha sido considerado como despectivo, por lo que ahora es llamado Día del Respeto a la Diversidad Cultural, aunque en algunos países también se le nombra Día de la Resistencia Indígena y en España, específicamente como Día de la Hispanidad.
PARA SABER
Datos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef):
- En América Latina habitan 522 pueblos originarios que hablan 420 lenguas distintas
- Prácticamente, una cuarta parte de esos idiomas (103) son transfronterizos
- Un ejemplo es el quechua, hablado en: Argentina, Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, Ecuador y Perú
- América Latina tiene la mayor riqueza lingüística del mundo, pero una quinta parte de los pueblos ha dejado de hablar su lengua
- De esta forma se corre el peligro de perder parte de la identidad y de las culturas latinoamericanas
HAY UNA AMÉRICA POSIBLE, QUE LA AMÉRICA CIEGA DE RACISMO NO VE: EDUARDO GALEANO
El escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano (1940-2015), autor de Las venas abiertas de América Latina, señaló sobre los 500 años del arribo de Cristóbal Colón al nuevo continente:
“El 12 de octubre de 1492, América descubrió el capitalismo. Cristóbal Colón, financiado por los reyes de España y los banqueros de Génova, trajo la novedad a las islas del mar Caribe.
En su Diario del Descubrimiento, el almirante escribió 139 veces la palabra oro y 51 veces la palabra Dios o Nuestro Señor. Él no podía cansar los ojos de ver tanta lindeza en aquellas playas, y el 27 de noviembre profetizó: ‘Tendrá toda la cristiandad negocio en ellas’. Y en eso no se equivocó.
Colón creyó que Haití era Japón y que Cuba era China, y que los habitantes de China y Japón eran indios de la India; pero en eso no se equivocó.
Al cabo de cinco siglos de negocio de toda la cristiandad, ha sido aniquilada una tercera parte de las selvas americanas, está yerma mucha tierra que fue fértil y más de la mitad de la población come salteado. Los indios, víctimas del más gigantesco despojo de la historia universal, siguen sufriendo la usurpación de los últimos restos de sus tierras y siguen condenados a la negación de su identidad diferente.
Se les sigue prohibiendo vivir a su modo y manera, se les sigue negando el derecho de ser. Al principio, el saqueo y el otrocidio fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos. Ahora se cumplen en nombre del dios del progreso.
En esa identidad prohibida y despreciada fulguran todavía algunas claves de otra América posible. América, ciega de racismo, no las ve”.