Rezaban, juntos, de madrugada, cuando un grupo armado irrumpió y asesinó a todos: 18 niños, 22 mujeres – cuatro de ellas embarazadas– y seis hombres. Fue un domingo, igual que hoy, 22 de diciembre, en 1997. El gobierno de Ernesto Zedillo señaló viejas rencillas de pobladores como móvil.
En 2020, AMLO reconoció que fue un crimen de Estado para desactivar a los pobladores a fin de evitar que se aliaran al Ejército Zapatista.