Fotos: Ángel Hernández, de Cuartoscuro
Entre el temor a la rapiña, el cuidado a los enfermos, el rescate de las cosas valiosas, quienes hacen “los mandados” tienen menos de 12 años.
Uno fue habilitado con una cámara de llanta para “navegar”, remando con los brazos. Otro prefiere nadar cuando pierde piso en las calles de la colonia Gaviota Sur, en Villahermosa, donde los traslados se hacen en cayuco para obtener comida desde la parte seca de la ciudad.
Militares y personal voluntario de la Cruz Roja ayudan a quienes van a ponerse a salvo a los albergues.
El agua puede subir todavía más. Y ellos, los pequeños, en el charco gris, hediondo, caldo de suciedad.