Información: Omar Villalobos Rodríguez / Fotos: EFE
Dylan Esaú regresó a los brazos de Juanita, su mamá, la vendedora de fruta y verdura que lo mandó al puesto de la abuela, en el pasillo contiguo del mercado popular de San Cristóbal de las Casas, a donde el niño nunca llegó.
Tiene dos años y nueve meses y ni un raspón extra después de que el 30 de junio ocurrió la desaparición. La familia, tzotzil, celebró el hallazgo del niño con devociones especiales de agradecimiento. Juanita no vivió más que para buscar al niño durante 44 días.
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Primero, rastreó por todo el Merposur, donde los locatarios conocen a Dylan Esaú desde siempre y contaron el minuto a minuto del recorrido del niño que jugaba con un atomizador en las manos.
Luego, pidió revisión de los videos de las cámaras de seguridad y se vio perfecto cómo una niña sacó del mercado a Dylan, de la mano.
Armó una búsqueda en la cabecera municipal, le ayudaron sus compañeros de congregación religiosa, los locatarios del mercado, los vecinos. Se manifestaron en la policía y Fiscalía locales, se fue Juanita a ver al presidente Andrés Manuel López Obrador a la Ciudad de México a pedirle ayuda en la localización.
Los ministeriales hallaron, primero, a los niños que ayudaron a llevarse a Dylan Esaú; luego, dieron con Margarita, la mujer de 23 años que se llevó consigo al bebé a Cintalá, a 135 kilómetros, para quedárselo como hijo, argumentó, porque tiene mucha presión por ser mamá y no puede. Hasta 75 años de cárcel alcanzaría en proceso penal.