Por: Jesús Peña
En Puebla, durante la pandemia de COVID-19 cerraron 127 mil 813 micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme), y aunque para el 2021 abrieron 123 mil 153, aún se tiene un déficit respecto a las reportadas antes del confinamiento.
En el 2019 se tenían 349 mil 110 Mipymes y para este año el número registrado fue de 344 mil 450, lo cual representa un déficit de 4 mil 660 establecimientos entre ambos años.
El Estudio sobre la Demografía de Negocios, presentado por Inegi, precisa que sólo se tomó en cuenta a los sectores manufacturero, de comercio y servicios privados no financieros.
Destaca que el sector comercio fue el único que presentó una variación positiva, al pasar de 169 mil 973 negocios a 178 mil 885, es decir 8 mil 912 más.
Sin embargo, las Mipyme dedicadas a los servicios privados no financieros representan el retroceso más grande al pasar de 127 mil 810 a 117 mil 268, o sea, 10 mil 542 menos.
En tanto, las manufactureras también tuvieron un retroceso de 3 mil 30 negocios, al pasar de 51 mil 326 a 48 mil 296.
El documento precisa que durante 2020 y hasta julio de 2021 fueron creadas 123 mil 153 empresas, pero cerraron sus puertas 127 mil 813.
INICIÓ LA REACTIVACIÓN
Los datos que proporciona el Inegi precisan que Puebla se ubica como segundo lugar nacional en apertura de negocios entre 2020 a julio de este año, con 35.28% más respecto a 2019.
Con esa tasa, el estado está arriba de la media nacional, que fue de 24.44%; el primer lugar fue Hidalgo con 36.14% y el tercer puesto fue para Tlaxcala, con 33.63%.
El retroceso está en el número de empresas que murieron, pues aunque Puebla se ubica en el lugar nueve del país, su porcentaje fue de 36.61%, es decir un retroceso de 1.33%.
El peor panorama fue para Quintana Roo, pues sólo creció 15.81% en su número de empresas y perdió 46.59%.
Los que tuvieron la mayor proporción de personal ocupado en los establecimientos nacientes son Hidalgo (27.56%), Tlaxcala (27.23%) y Puebla (26.15%), aunque en ese mismo sentido la entidad perdió a 29.10% de empleados con las empresas que cerraron, una diferencia negativa de 2.95%.
Pese a ello, es notable la reactivación económica gradual tras el confinamiento por la COVID-19 así como ha resultado positiva la búsqueda de inversiones para el gobierno estatal.