Al Pie de la Letra
Rodolfo Rivera Pacheco
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Todos los estudios demoscópicos serios –lo hemos dicho hasta el cansancio los últimos meses– colocan a Morena y a sus aliados (PVEM y PT) a la cabeza en las preferencias partidistas preelectorales en Puebla y el país.
También lo hemos venido diciendo, esto se debe a la buena aprobación que aún tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador por la mayoría de la población (más de 60% en el país, Puebla incluido, aunque hay estados donde lo aprueban más de 70% y otros en casi 80%, como Oaxaca, Tabasco y Veracruz).
Y las preguntas obligadas son: ¿por qué la mayoría de la población aprueba al presidente y eso ayuda a su partido, para que vaya a la cabeza en preferencias electorales? ¿Pues no en las redes sociales la mayoría abomina al presidente y sus hijos? ¿Pues no los medios lo critican una y otra vez por sus “excesos” y por sus “malas políticas”, que nos van a llevar a ser como Cuba o Venezuela? ¿Pues no que no ha podido con la delincuencia organizada y es aliado del Chapo Guzmán? ¿Pues no que quiere desaparecer al INE y a los organismos autónomos como el INAI y hubo millones que salieron a las calles a protestar para que no lo hiciera? Pues no.
El presidente AMLO sigue aprobado por la mayoría de la población y su partido sigue a la cabeza en preferencias electorales. Y vuelvo a preguntar: ¿Por qué? ¿Los mexicanos están totalmente locos, como lo dicen personajes como Vicente Fox o Lili Téllez? (quien, por cierto, ganó la senaduría que tiene gracias al voto de esos “locos” que votaron por Morena).
No. Los motivos son mucho más simples. La mayoría de los que aprueban la gestión de López Obrador, nos lo dicen en todas nuestras encuestas, es por “los programas sociales” y porque “sí apoya”. No le busquen más explicaciones psiquiátricas. La gente hoy sigue aprobando al presidente y queriendo votar por su partido, porque sí le están llegando las mentadas becas para los ninis, el apoyo a los adultos mayores, el apoyo a madres trabajadoras, las becas a estudiantes de bachillerato y universidades públicas y un largo etcétera (apoyos al campo, a pequeños negocios…).
Y la oposición panista y priísta, que desde luego también tenía programas sociales, pero que se deshacían en muchísima corrupción (Solidaridad del PRI o Progresa del PAN), siguen más preocupados en atacar a López Obrador por sus iniciativas de ley o por sus conferencias mañaneras, sin entender que la mayoría de la gente sí está contenta por los apoyos sociales y, desde luego, por cómo le habla o cómo se expresa el presidente.
El resultado de este conjunto de factores es que la mayoría de los ciudadanos votaría por el partido del presidente si hoy fueran las elecciones. Aunque López Obrador ya no vaya en la boleta… pero sí en el subconsciente colectivo de la mayoría de votantes mexicanos, quienes verán la cara del presidente en el emblema de Morena y sus aliados (hasta hoy PVEM y PT).
En serio, si hoy fueran las elecciones presidenciales Morena y aliados ganarían cómodamente esos comicios. Y seguramente también la mayoría de las nueve gubernaturas que se disputarán, así como la mayoría de distritos para diputados federales y locales y, desde luego, para el Senado de la República. Sólo falta ver si los pleitos internos de Morena no afectan estas preferencias y/o provocan la salida de los enojados, porque no les tocó una candidatura (que eso afectaría un poco las preferencias, pero definitivamente no cambian las tendencias, ni a nivel nacional ni a en el estado en Puebla; es decir, un berrinchudo que se salga de Morena no gana solito una elección, por más que crea que “él es el más popular”).
Como hemos dicho también, otras ocasiones, el proceso interno de Morena será, pues, mucho más conflictivo que la propia elección constitucional.
¿Y la oposición? Ocupada viendo cómo Lili Téllez o Vicente Fox dicen puntadas. En serio, desarmada y sin liderazgos reales.