Por: Hervey Rivera
El diccionario Cambridge en inglés en línea define el término “conspiración” como “la actividad de planificar en secreto con otras personas para hacer algo malo o ilegal”1, en los Estados Unidos la palabra es también un delito que las autoridades persiguen y castigan severamente.
Fuera del ámbito penal las conspiraciones han acompañado a la política, recordemos en México la conspiración para derrocar al presidente Francisco I. Madero en 1913 encabezada por los generales Victoriano Huerta y Manuel Mondragón, el sobrino de Porfirio Díaz, Félix Díaz, y el embajador norteamericano Henry Lane Wilson, que culminó con el asesinato de Madero y el vicepresidente José María Pino Suárez.
De igual manera los archivos del gobierno de los Estados Unidos y destacados trabajos de especialistas han documentado el papel relevante de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, en inglés) en Chile para el derrocamiento del presidente Salvador Allende Gossens en 1973, que culminó con su muerte y el ascenso al poder por la vía armada del general Augusto Pinochet Ugarte.
Estos ejemplos de conspiraciones políticas han sido ampliamente investigadas, existen, son reales, en ellas intervinieron fuerzas externas, en ambos casos el gobierno de los Estados Unidos para cambiar un curso de los acontecimientos en México y Chile.
Las conspiraciones de esta naturaleza son vigentes y lamentablemente son usuales en el mundo. En la actualidad la irrupción de las plataformas digitales en todas las relaciones humanas han impulsado páginas electrónicas, videos y podcast, un archivo digital de audio que se puede escuchar y descargar desde cualquier dispositivo electrónico, sobre “teorías de la conspiración”2, el diccionario Cambridge en línea define el término como “la creencia de que un evento o situación es el resultado de un plan secreto hecho por personas poderosas”.
Dentro de este término caben desde la conspiración judeo-comunista, los jesuitas, los templarios, los illuminatis, los rosacrucianos, los reptilianos, el club Bilderberg, el “Nuevo Orden Mundial” y probablemente la teoría de la conspiración más extendida y popularizada en México: George Soros.
El conocimiento de las conspiraciones arriba señaladas, los casos de Madero y Allende, requieren de un arduo trabajo de investigación en archivos, labores que además implican un esfuerzo intelectual y económico, ya que algunas de los sitios que resguardan archivos se encuentran en dependencias y universidades de ciudades capitales en los Estados Unidos o Europa; requieren semanas o meses de estancia para su consulta; el proceso de escritura es largo y en no pocas ocasiones estas investigaciones implican una labor de años.
Las teorías de la conspiración requieren una narrativa, algunos recursos audiovisuales y lo más importante: ojos y oídos para aceptarlas. En la siguiente entrega ahondaré al respecto.
Traducción propia; fuente en:
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https://dictionary.cambridge.org/us/ dictionary/english-spanish/conspiracy
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https://dictionary.cambridge.org/ us/dictionary/english-spanish/conspiracy-theory