Por: Lic. Guillermo Pacheco Pulido
Es relativo
El tema a tratar, tiende sólo, a mi entender, a procurar clarificar la fecha en que nuestro país, México, fue realmente independiente de España. No se toca ninguna otra cuestión, no se busca falso patriotismo, sólo el de robustecer nuestra identidad nacional y estar vinculados solidariamente en el trabajo para bien de nuestro patria.
Para equilibrar opiniones diremos que Cortés y Cuauhtémoc no son uno, sino dos héroes, y cada quien con su propia historia y a su manera. Proveniente de Cuba, Hernán Cortés y Pizarro Altamirano, desembarcaron en lo que ahora es México el 14 de marzo de 1519, iniciándose con ello el proceso de conquista, que erróneamente se dijo que era en nombre de la corona y del rey Carlos I de España.
La primera tierra que pisó el conquistador fue la población de Potonchan a la orilla del río Tabasco, hoy Grijalva. De ahí al 21 de abril de 1519 arriba a San Juan de Ulúa en la Villa Rica de Veracruz.
Muchos hechos sucedieron en ese caminar hasta el 13 de agosto de 1521, día de San Hipólito, en el que a través de sangrientos acontecimientos logra Cortés posesionarse de la gran Tenochtitlán, la que más adelante con todo el territorio se designa como la Nueva España.
Así fue porque en 1535 España fundó una colonia en nuestro país que se elevó al rango de virreinato, denominado Virreinato de la Nueva España. Se inician así los más de tres siglos de dominación, que queda a la historia analizarlos en sus beneficios y perjuicios.
Con el paso del tiempo y como consecuencia lógica, existen expresiones para buscar la independencia de España; el iniciador de este tema fue el licenciado Francisco Primo de Verdad y Ramos.
La historia señala con iguales ideales de Independencia a Miguel Hidalgo y Costilla, sacerdote, párroco de Dolores; a Ignacio Allende, capitán del regimiento de la reina de España; a Miguel Domínguez, corregidor de Querétaro, y a Josefa Ortiz de Domínguez, esposa del corregidor. Al ser descubiertos en sus reuniones el 16 de septiembre en la madrugada, Miguel Hidalgo se lanza a tocar la campana de su iglesia de Dolores para convocar a la población a tomar las armas e iniciar la lucha armada a favor de la Independencia de México.
Al morir fusilado Hidalgo, toma las riendas de la lucha Ignacio López Rayón y mantiene vivo el ánimo de la lucha por la Independencia. Y posteriormente le transfiere el mando al sacerdote José María Morelos y Pavón.
Morelos emitió una convocatoria tendiente a elegir diputados para integrar el Congreso de Anáhuac o Congreso de Chilpancingo; congreso en el que Morelos pronunció un mensaje conocido como los Sentimientos de la Nación el 6 de noviembre de 1813.
Este Congreso hizo la declaración de Independencia de la América Septentrional que redactó Carlos María de Bustamante. El 22 de octubre de 1814 en Apatzingán, el Congreso ratificó el Decreto de Independencia de México, conocido como Constitución de Apatzingán, por cierto figuró como diputado por la provincia Puebla Andrés Quintana Roo.
Siguió la lucha por la Independencia y al morir Morelos (27 de diciembre de 1815) continuaron Hermenegildo Galeana, los hermanos Miguel Víctor y Leonardo Bravo, así como Mariano Matamoros y Francisco Javier Mina.
El 24 de febrero de 1821, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide firmaron el Plan de Iguala, que estableció la Independencia de México manteniendo la monarquía encabezada por Fernando VII. El 24 de agosto de 1821 en la ciudad de Córdoba, Juan O’Donojú y Agustín de Iturbide firman los Tratados de Córdoba, aceptando la retirada de las tropas españolas de México; se ratifica el Plan de Iguala demandando la Independencia de México.
Esto no fue reconocido por las Cortes ni por el monarca de España. Igual negativa hizo el Congreso de México, pues entre otros aspectos O’Donoju carecía de facultades para otorgar la Independencia solicitada.
Es hasta el 28 de diciembre de 1836 cuando la monarquía en Madrid firmó el Tratado de Paz y Amistad entre México y España, en el que se reconocía y otorgaba jurídicamente la independencia. México firmó dicho documento en marzo de 1838 después de algunos actos jurídicos. También es conocido como Tratado Santa María Calatrava.
Fue firmado además por la Reina de España, por Miguel Santa María representando a México y José María Calatrava por parte de España. Como referencia, la Santa Sede reconoció la Independencia de México el 29 de noviembre de 1836, al igual que lo hicieron otros países. Precisado lo anterior, ¿cuál debe ser la fecha oficial para señalarla como el día de la independencia de México? Es importante su opinión.
Si tomamos en cuenta que Hernán Cortes no traía ninguna representación oficial de España, que esta le fue negada por el gobernador de Cuba representante de España, Diego de Velázquez, entonces fue un acto ilegal la llegada de Cortés, sin efecto jurídico alguno, de ahí que el 16 de septiembre de 1810, la actitud de Miguel Hidalgo tenga plena eficacia al declarar la Independencia de México en esa fecha.
No se puede aducir que la invasión de los pueblos era un mecanismo apoyado por la costumbre, y que eso sólo legitimaba una invasión. En el caso de los decretos del Congreso de Anáhuac del 6 de noviembre de 1813 y 22 de octubre de 1814, declarando la Independencia de México, y que nadie impugnó creo que sí tienen su eficacia para legitimar estas fechas como día de la Independencia de México.
El Plan de Iguala y el Tratado de Córdoba no fueron reconocidos por España ni por el Congreso de México; si bien es cierto que son documentos históricos, no lograron consolidar una estructura que nos lleve a señalar esas fechas como día de la Independencia de México.
Finalmente, el Tratado de Paz y Amistad entre España y México es una declaración oficial válida jurídicamente en que España reconoce la Independencia de México el 28 de diciembre de 1836. Se debe tomar en consideración que México firmó ese tratado hasta el 4 de marzo de 1838.
Se suscribió respetando los ordenamientos legales de cada país. Creo que estas fechas tienen mucha fuerza jurídica para considerarlos como el día real oficial en que se consuma la Independencia de nuestro país.
La historia de los pueblos debe ser realista, verdadera, porque con ella se vincula a la población con el sentido de patria. Ir aclarando hechos históricos fortalece la convivencia cívica. México es una nación de esperanzas, anhelos, de valores que nos hacen tener una reserva espiritual de unidad que a su vez nos da la fuerza para seguir adelante, construyendo y defendiendo nuestra propia convicción humanista.
No es fácil reconocer que si queremos un buen futuro debemos conocer y aclarar la historia. Con sentido solidario de mexicanidad somos ciudadanos del mundo.