Por: Ale Cañedo
“Hemos aprendido a volar como los pájaros, a nadar como los peces, pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como hermanos”
Martin Luther King
Al inicio de la aviación comercial, viajar era un lujo en que se imponían las costumbres de etiqueta, comparables con los viajes en trasatlánticos. Los turistas llegaban con sus mejores ropas y trataban de no perder el estilo.
Hay que considerar que estos viajes no eran tan largos ni de un solo golpe, ya que se requería hacer escalas; por ejemplo, los vuelos de Nueva York a Río con la Pan- Am duraban varios días, ya que se hacían escalas, donde se pernoctaba.
Actualmente se podría dar la vuelta al mundo en aviones comerciales haciendo escala de conexión en un periodo que abarcaría de un viernes en la tarde a un lunes en la noche, por lo que se puede ir al “otro lado del mundo” en menos de dos días. Por ello, las personas se han relajado para viajar y ya no se hace con la etiqueta ni tampoco con la elegancia de antaño.
Pero esto no debe de significar que se pierdan las buenas costumbres y el buen trato. El convivir en un avión, por el espacio reducido, puede provocar que algunas personas sean desconsideradas con los demás pasajeros y un viaje de placer puede ser una experiencia no muy agradable.
Los malos modales al viajar no están presentes sólo cuando te subes al avión. En realidad, las mayores descortesías y los malos hábitos se dan desde tierra.
Por eso, te hago estas recomendaciones para mantener la armonía:
- Alístate. Para agilizar el paso por los filtros de seguridad del aeropuerto, es una muy buena práctica tener a mano tu pasaporte, el pase de abordar y ya llevar fuera todos los objetos metálicos (para no ir y regresar por los detectores). Si todos los viajeros lo hicieran, el tiempo en las filas se reduciría notablemente. Según datos de la Administración Federal de Aviación, en épocas de alta afluencia el pasajero promedio puede estar formado entre 75 a 90 minutos en la fila de seguridad; esto se debe principalmente a quienes tienen que pasar varias veces por los detectores de metales.
- Aborda el avión hasta que te avisen. El abordaje en los aviones comerciales se hace por bloques. Primero los de clase preferente y los viajeros con niños, luego los de la primera parte de clase económica, los de la segunda, tercera, etcétera. Si bien la idea es muy sencilla, es habitual ver largas filas para subir al avión.
- Ocupa tu sitio. Busca y usa el lugar que se indica en tu pase de abordar, no trates de ocupar el que no te corresponde. Si quieres cambiarlo, espera a que el total de los pasajeros haya abordado y solicita a un sobrecargo el cambio.
- Haz conciencia del espacio. No abuses con la cantidad de artículos que subes porque causará problemas a otros.
- Comunícate. Si tienes asiento de ventanilla y quieres ir al baño, pide permiso al ocupante del asiento de pasillo.
- Limpieza, ante todo. Al utilizar el baño, déjalo como te hubiera gustado encontrarlo.
- Piensa en el otro. No reclines tu asiento al consumir alimentos; el ocupante de atrás lo agradecerá.
- Silencio. No hables con el pasajero de junto, a menos que él muestre interés.
- Cortesía. Cuando pidas algo a la tripulación sé amable y evita gritar.
- Espera. Levántate del asiento para descender cuando den el aviso. El efecto del mensaje “manténgase en sus asientos hasta que el avión esté en alto total” es como el de la escuela, es por eso que siempre termina siendo un caos el desembarque.
¡Viajemos juntos!