Por: Hugo Arquímedes González Pacheco y Montes/ [email protected]
Desde mi escritorio
Tenemos que educar por amor a la vida propiciando una educación humana para el bien de los alumnos. Por lo mismo, las y los maestros frente a grupo así como las familias, sólo por sentido común y pensando en la salud de todas y todos los mexicanos, tenemos que reflexionar el regreso a las clases presenciales y fomentar la lectura en el confinamiento.
La mortalidad por COVID-19 en docentes ya rebasó a la del personal de salud. En lo que va de la pandemia, más de 5 mil 418 trabajadores de la educación han enfermado y muerto a causa del nuevo coronavirus, de acuerdo con datos del Subsistema Epidemiológico y Estadístico de Defunciones (SEED) de la Dirección General de Información en Salud. Ante ello, como colegas y humamos debemos ser solidarios, ya que nos duele el dolor de las familias de nuestros compañeros.
Deseamos que la escuela sea un espacio de felicidad, no de incertidumbre y mucho menos de contagios para estar a un paso de la muerte. Todos los alumnos, maestros y padres, tenemos que aprender a cuidar nuestra salud frente a las variantes.
Hay que compartir lo humanamente bueno de cada uno de nosotros, debemos trabajar en equipo, educar unidos manteniendo hábitos como la lectura para aprender y comprender las causas de la pandemia sin dejar de lado los cuidados que debemos tener todos, con una conciencia plena, a fin de evitar más muertes; no minimizar la situación como Hugo López-Gatell y AMLO. Hagamos una reflexión sobre el apresurado retorno a clases.
Pienso que no existe un solo modo de regresar a clases. Es el momento histórico en el que cada maestro tiene que trascender impulsando su experiencia en buscar y hallar caminos de esperanza en la calidad educativa. Sin embargo, este gobierno solo nos ha brindado una educación “de cuarta” y no “de primera” en la resolución de problemas y necesidades de educación y salud que viven las escuelas. Ejemplo claro son los planes, programas y libros de texto totalmente desfasados en tiempo y forma. ¡Todo por culpa del pasado!
El acto de leer es tan importante en el confinamiento que no solo proporciona información (instrucción) sino que también forma (educa), creando hábitos de reflexión, análisis, esfuerzo, concentración; recrea, hace gozar, entretiene y distrae. Aunque el amigo de la doctora Beatriz Gutiérrez, Max Arriaga, director de Materiales Educativos de la SEP, con un sueldo de 90 mil pesos mensuales más sus viáticos y transas, critique la lectura por placer, al decir que responde al capitalismo de consumo; llamó a fomentar la lectura como una acción emancipadora, a pesar de los pésimos datos de México en comprensión lectora que revelan las pruebas PISA y Enlace.
Asegura que debemos comprometernos por la salud en las escuelas trabajando, en lugar de criticarlo a él porque no ha cumplido en tiempo y forma con los materiales escolares.
Machista, dijo hace meses: “Mujeres, si en verdad buscan emanciparse de sus opresores, y modificar este sistema machista que las rodea, no esperen que su libertad llegue como un regalo; por favor lean aquellos libros que se les recomienda, ahí están los caminos para su revolución. Nuestro presidente no las engaña, ¿quieren cambiar este sistema machista? Necesitan dos cosas: uno, cultura, lo cual les dará identidad, y dos, educación para desarrollar un pensamiento crítico. ¿Quieren ambas? asistan a la biblioteca pública”.
En 2013, fue lector sinodal de la tesis de doctorado de Beatriz Gutiérrez Müller, titulada “Héroe y voces en la constancia y paciencia del santo Job de Francisco de Quevedo”, de la UAM, por lo que se especuló que su amistad personal con la esposa del presidente pudo ser una de las razones por las que terminó al frente de la institución responsable de la Red Nacional de Bibliotecas. ¿No que no hay influyentísimo en la 4T? La esposa del presidente ejerce su poder a través de AMLO. ¿Hasta qué grado influyen sus acciones en la educación en deterioro del estudiantado?
Lo más importante para la niñez y juventud estudiosas son los hábitos de lectura que les estimula a poseer autonomía cognitiva, es decir, preparación para aprender por sí mismos durante toda la vida. En esta época de cambios vertiginosos, en que los conocimientos envejecen con rapidez, es fundamental tener un hábito lector que nos garantice tener conocimientos frescos, actualizados, pues ello nos vuelve laboral y académicamente más eficientes siendo competentes.
Poseer hábito lector por placer es algo más que tener un pasatiempo digno de elogio; es garantizar el futuro de las generaciones que en este momento no se están formándo en las aulas. Algunas de las razones por las cuales debemos optar por un proyecto lector serio y creativo, podrían ser las siguientes: la lectura ayuda al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje, mejora la expresión oral y escrita haciendo el lenguaje más fluido, aumenta el vocabulario mejorando la redacción y ortografía.
La lectura nos permite aprender cualquier materia desde física cuántica hasta matemática financiera. No hay especialidad profesional en la que no se requiera de una práctica lectora que actualice constantemente los conocimientos para hacernos más competentes día a día. La lectura mejora las relaciones humanas, enriqueciendo los contactos personales, pues facilita el desarrollo de las habilidades sociales al incrementar la comunicación y la comprensión de otras mentalidades al explorar el universo presentado por los diferentes autores. La lectura da facilidad para exponer el propio pensamiento posibilitando la capacidad de pensar. Aunque Max el amigo de Beatriz diga las burradas que salen de su boca dejando en duda sus posgrados internacionales.
En este punto y para concluir, van dos consejos:
Uno: si usted no es un buen lector por el placer de leer, no subestime a sus hijos; ellos son tan inteligentes, sutiles y poco complacientes como usted, incluso más. Dos: además de leer libros, lea a los niños literatura infantil con amor y pasión de forma tal que irá creando futuros lectores concretos que tendrán preguntas, necesidades, soluciones íntimas que varían en cada ser humano. Sólo a partir de esas necesidades y esas preguntas es posible que seamos un pueblo de lectores y surjan nuevos escritores de la calidad de Octavio Paz, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Jaime Sabines, Carlos Monsiváis, Sor Juana Inés de la Cruz, Rosario Castellanos, Laura Esquivel, Elena Garro, con reconocimiento internacional, y muchos grandes más.
Los maestros han acompañado a los padres en la educación a distancia para el aprendizaje de sus hijos fortaleciendo el hábito de la lectura no han dejado de trabajar.
Este lunes, todos los burócratas federales tenían que presentarse en sus oficinas a trabajar. Quien no asistió fue la secretaria de Educación, Delfina Gómez. Desmintieron la noticia que dio positivo al COVID 19, será por la absurda voluntad del regreso a clases. ¿Dónde está Delfina, que no se ve públicamente?
¿Usted qué opina?