Notas para una defensa de emergencia
Silvino Vergara Nava / correo: [email protected] web: parmenasradio.org
“El incumplimiento de reglas por parte del Estado es visto desde la
sociedad, por parte del común, como una justificación de su desacato.
Lo mismo se piensa desde el Estado con respecto al incumplimiento
que tiene lugar en la sociedad.”
Mauricio García Villegas
Verdaderamente se necesita muy, pero muy poco criterio legislativo para aprobar la reforma a la Ley Federal de Educación que prohíbe la venta de alimentos de los que se denomina como: “chatarra”, pues no se dimensiona las consecuencias que esto representará.
Ya está en los anales de la historia que en el año de 2013, se aprobaron por el Congreso de la Unión, por recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, dos impuestos para acabar con el consumo de los productos “chatarra”.
Fueron el impuesto sobre alimentos no básicos, que en el fondo se trata del impuesto al valor agregado a los alimentos y por otro lado, el impuesto sobre bebidas refrescantes, que no hicieron otra cosa más que aumentar la recaudación del Estado.
Ante esto, tuvo que entrar al rescate la maltrecha Suprema Corte de Justicia de la Nación, que debió de justificar” la constitucionalidad de esos impuestos, aduciendo que se trataba de contribuciones con fines extra fiscales que permiten proteger el derecho a la alimentación sana.
Indudablemente que fue un ejercicio de “contorsionismo jurídico”, todo provocado por leyes impuestas e imprudentes y que los legisladores de ese tiempo no pudieron rechazar.
Pero en la actualidad no han cambiado las cosas. En el ámbito legislativo es evidente que parte de la crisis del Estado en que nos encontramos tiene mucho que ver con el Poder Legislativo y la falta de regulaciones respecto a las responsabilidades de los legisladores en su cargo público.
Es decir, hace falta una ley de responsabilidades legislativas, que desde luego nunca se va a aprobar con estos miembros del Congreso de la Unión.
Por lo pronto, está a punto de materializarse otra imprudencia más, que consiste en la aprobación de que sea prohibido el consumo de alimentos denominados como “chatarra” en las escuelas primarias y secundarias, sin establecer otras medidas o alternativas, mas que simplemente la prohibición.
En resumen, se está materializando en las escuelas primarias y secundarias la educación para formar delincuentes.
Y es que, si solamente se prohíbe la venta de esos productos, sin alternativa, lo que se está provocando es algo muy peligroso y preocupante en México, que consiste en que desde niños, estudiantes de primaria y secundaria se educarán bajo la cultura del incumplimiento de la ley.
Ello, porque es evidente –es un hecho notorio– que estas reglas no las cumplirán escuelas, alumnos ni los padres de familia.
Así, las ventas que se hacían a la luz del día de esos productos, acabarán en la clandestinidad, y por ello es que se conocerá desde la primaria, como cualquier lección de clase, que en la vida hay que saber de la existencia de la clandestinidad, que hay que incumplir con la ley, que hay actividades y cosas que se deben de hacer a escondidas, que se puede romper la ley sin que haya alguna sanción o consecuencia.
Que hay que vivir con dos idiomas: el correcto y el subterráneo; que hay dos mundos: el mundo de lo formal y el mundo de la corrupción, del incumplimiento de la ley, el mundo en donde se pasa por alto las órdenes de las autoridades.
Esa será la lección a los alumnos que van a recibir cuando esta ley esté aprobada y vigente, porque entonces, lo que se hacía muy comúnmente que era comprar un producto de los denominados “chatarra” a la luz del día, ahora será de forma encubierta, sin que se entere nadie.
Entonces, el riesgo que se sigue con esto es que, se pierda la diferencia entre consumir simplemente alimentos chatarra con consumir drogas, total, ambos están prohibidos y ambos habrá forma de que lateralmente se puedan adquirir, comercializar y consumir, es decir todo al margen de la ley.
Desafortunadamente, como lo sostiene desde Italia Luigi Ferrajoli, los legisladores de la post modernidad solamente producen: “diarrea legislativa” y que mejor ejemplo que esta prohibición de vender en las escuelas primarias y secundarias alimentos “chatarra”.
No se dan cuenta de las lecciones que están fomentando en la educación elemental que, simplemente prohibir por prohibir, no nos lleva a ningún puerto seguro.
Además, se olvida el legislador de la situación económica del país. Donde los padres de familia, en la mayoría, no cuentan con los recursos necesarios como para poder dar a sus hijos algún dinero para comprar algo que no sea los alimentos “chatarra” en las escuelas, pues hay que considerar que una de las ventajas de esos productos son sus bajos costos en comparación con productos nutritivos.
Por ello es que prohibir por prohibir no es suficiente, no debería de caber en el legislador denominado desde la escuela francesa que heredamos del siglo XIX como “racional”. Por el contrario, lo que se está fomentando es: educar para delinquir.