Notas para una defensa de emergencia
Silvino Vergara Nava
Yo nací en un barrio privado: privado de luz, de agua, de teléfono y de gas
Diego Armando Maradona
Para muchos con desinterés en el futbol, por considerar que se ha monetizado en los últimos años, que aseguran es parte de la droga que se suministra al pueblo para adormilarlo, quienes asumen que debido a esa mercantilización se ha perdido el valor respecto a que el pobre puede ganarle al más rico o quienes piensan que los partidos están amañados; a todos ellos, bien vale la pena solamente recordarles que muchas de las cosas que suceden en la sociedad tienen que ver con ese deporte, así como lo que el futbol representa para los pueblos modernos, particularmente, para los más pobres, para los que muchas veces la vida está llena de desilusiones.
Es decir, vale recordar que para todos ellos el futbol se ha convertido en esos pequeños destellos y momentos de felicidad.
A los que no tienen ningún interés les bastaría leer lo que indican el mexicano Juan Villoro o Jorge Valdano sobre la relación del futbol y la sociedad, también lo que decía Umberto Ecco, desde Italia, y, desde luego, al inigualable escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Todos ellos hablan del futbol, no sólo como un simple deporte de masas, sino como ese algo más en la vida del mundo actual, por lo menos en los últimos 100 años.
Así, muchos de los acontecimientos de los últimos tiempos (a partir del siglo XX), en la historia de los pueblos, tienen íntima relación con ese deporte; a tal grado que éste ha causado hasta guerras, como sucedió en las eliminatorias para el mundial de futbol de México en 1970, cuando, a raíz del partido entre Honduras y El Salvador, en Tegucigalpa, se produjo una guerra –que, incluso, fue denominada “del futbol” –, porque la selección de El Salvador ganó a la de Honduras.
Pues bien, precisamente por este tipo de influencias, el fallecimiento de Diego Armando Maradona ocasionó un trastorno social de nivel mundial. Además de lo futbolístico, dio pie para recordar que este emblemático jugador nació en uno de los tantos lugares marginados de muchas de nuestras naciones, en los que habitan aquellos a los que Eduardo Galeano denomina “el pobrerío” o como decía el polaco Zygmunt Bauman, “el precariado”, esto es, donde viven las clases sociales más necesitadas y con menos posibilidades de subsistencia.
Precisamente por ello, Diego Armando Maradona, El Diez, El Pelusa, La Cebollita, se identificó siempre con las clases sociales más débiles, incluso al grado de que se enfrentó contra los poderosos, contra el propio poder económico, entre ellos contra la propia FIFA, respecto de la cual se recuerda la frase: “Me cortaron las piernas”, aludiendo a su expulsión del Mundial de Estados Unidos 1994, por su positivo en cocaína.
Otras de sus frases emblemáticas son: “La pelota no se mancha”, refiriéndose, en su despedida como futbolista, a las cosas indebidas que rodean al futbol; “¿Sabés qué jugador hubiera sido sin droga?”, atendiendo a que la cocaína disminuye las capacidades físicas de las personas; “Yo nunca quise ser un ejemplo” o “Yo me equivoqué y pagué”; la que mencionó respecto a la Iglesia Católica: “Cuando entré al Vaticano y vi todo ese oro dejé de creer”; en su posición de apoyar a las clases más necesitadas (no sólo de su nación) y convirtiéndose en un símbolo de rebeldía frente al sistema mundial dijo: “Soy completamente zurdo: con el pie, con la mano, con la cabeza y con el corazón”.
Por todo ello, se entiende su amistad con los gobiernos de izquierda, como fue el de Fidel Castro de Cuba –la coincidencia hizo que Maradona falleciera el mismo día (cuatro años después) que el líder cubano– y el de Hugo Chávez de Venezuela. Amistades de El Diez que fueron mal vistas, en sus últimos tiempos, por el sistema mundial, el cual no las soportaba; amistades que, apelando a sus principios de estar con el más débil, le causaron muchos más problemas.
Por ello, a este extraordinario jugador se le recuerda en círculos sociales fuera del futbol; por lo mismo, vale la pena que todos para quienes el futbol es algo intrascendente consideren lo que ha representado el fallecimiento de este crack de Argentina, Latinoamérica y el mundo, quien alguna vez sostuvo: “Gracias a la pelota le di alegría a la gente, con eso me basta y sobra”.