Por: Hugo Arquímedes González Pacheco M
Desde mi escritorio
El regreso a clases será el 24 de agosto en la modalidad a distancia a través en Aprende en Casa II, por un acuerdo de concertación con medios de comunicación: Televisa, TV Azteca, Imagen, Multimedios, la radio, todos unidos por la educación. El secretario federal de Educación, Esteban Moctezuma, con tapabocas, dio un elocuente discurso en que comentó que la realidad nos obliga a tener paciencia y prudencia; no faltaron los halagos a la inteligencia de AMLO, ¿será para conservarse en la SEP?
Sin embargo, después de seis meses de la pandemia, el secretario ha dejado de hacer acciones efectivas en beneficio de la comunidad educativa, desde la sensibilización adecuada a los padres de familia, capacitación al magisterio acertada para atender al alumnado en diferentes modelos educativos sin la generación de contenidos pedagógicos.
Se ha perdido precioso tiempo en el famoso semáforo esperando que la curva baje o domándola, como dicen los López. Lo único que hacen es mentir con sus improvisaciones en el sector salud y ahora en la educación.
El presidente canceló la semana pasada la fase intensiva de los Consejos Técnicos que se tenía señalada con los docentes en línea, dejando en entredicho todo lo planeado. Ahora, el secretario de Educación dijo que estamos obligados a buscar alternativas, a imaginar y diseñar respuestas.
Lo citó para el lunes a las 7 de la mañana a fin de que explique las nuevas improvisaciones sobre el regreso a clases, que se había agendado en octubre y ahora será el 24 de agosto. Hay muchas preguntas sin respuesta y aún más acciones por concretar.
En un país donde se ha manejado mal las estrategias para enfrentar la pandemia de COVID-19 –seguimos ante pronósticos equivocados–, las escuelas siempre han sido foco de contaminaciones y no se debe exponer a la población educativa a un rebrote pandémico sin tener vacuna o medicamento que garantice la vida ante la gran posibilidad de contagio.
¿Qué está faltando en la educación ante la pandemia? Principalmente, no improvisar, porque hace una semana era el modelo híbrido y ahora no; generar las condiciones de actualización de los docentes que implica la nueva normalidad y proporcionar a cada profesor las herramientas indispensables para desarrollar sus tareas, fortaleciendo y mejorando la educación a distancia en las modalidades disponibles: abierta, virtual, por televisión, radio, mediante cuadernillos de trabajo, libros de texto, asesorías y, sobre todo, proponemos la metodologías por temas en el desarrollo de proyectos curriculares de aprendizaje global.
Se les ha exigido a las y los maestros las herramientas para desarrollar su trabajo: computadora, costos de conexión a internet. Se tiene que reconocer y valorar la disposición de los docentes frente a grupo de prolongar la jornada laboral con horas extra sin pago, así como la invasión de su espacio o tiempo familiar, para mantener vivo el Sistema Educativo Nacional. No faltan en las redes sociales los insultos de los padres pidiendo injustamente que no se les pague a los docentes, ese “pueblo sabio” –como lo llama el presidente– que ni tapabocas usa, está contagiando en hospitales, mercados, comercios, haciendo pleitos y llegando a golpes en el trasporte público al pedir la protección básica, esa gente imprudente desde su ignorancia dice “si López Obrador no usa tapabocas, por qué yo sí”.
Esto se debe a la falta de concientización y sensibilización en toda la población sobre la veracidad del contagio de coronavirus. Aquí se ha desaprovechado la capacidad de comunicación del magisterio para sensibilizar a los padres de familia. Videos sin trascendencia de Esteban Moctezuma, videoconferencias, lecturas excesivas, papeleo de elaboración de planificaciones y productos, con autoritarismo de los altos mandos. Y, desafortunadamente, parte de todo ese tiempo invertido se ha desaprovechado cuatro meses porque las arengas de Hugo López-Gatell son un fracaso.
¿Quién garantiza el regreso a clases sin contagios, cuando no se ha erradicado la epidemia? ¿Los papás ven a la escuela como guardería y no les importa si un hijo se enferma? ¿Tienen algún interés en el proceso del desarrollo del aprendizaje de sus hijos? Esa es una parte del fracaso educativo mexicano.
Si se regresa a clases debe ser con todos los protocolos de seguridad, higiene y salud con responsabilidad plena del gobierno federal sin los López con sus mentiras, amuletos, escapularios, billetito de dos dólares de la suerte, limpias con chamanes para domar la pandemia o caldo de pollo para curarse.
En lugar de suspender las reuniones de Consejo Técnico Escolar, debió darse capacitaciones en línea o a distancia sobre el nuevo acuerdo. ¿O no sabía Moctezuma lo que iba a pasar? Aún peor, ¿querían ocultarlo nuevamente al magisterio? O querían tema protagonista de las aburridas mañaneras. Ver para creer en las televisoras.
En 1970 fue un fracaso la tele educativa. Pero es una acción necesaria ante la crisis sanitaria, para cuidar la salud de toda la población estudiantil, poniendo énfasis en el cuidado de quienes desarrollan su actividad educativa en contextos de desigualdad y pobreza, en condiciones vulnerables para quienes padecen alguna enfermedad crónica.
Los que no tienen televisión son las y los niños de la calle, ellos no existen para un gobierno de México llamado humanista. La prioridad del gobierno federal, a través de la SEP, debe ser garantizar el derecho humano a salud, seguridad social. Pagar los salarios a docentes, atención a los jubilados, no sólo reconocer en el discurso público tradicional al magisterio. No se ha valorado al docente frente a grupo, que es insustituible.
Ni a los alumnos que son la energía de un pueblo. Deben eliminarse realmente todas las cargas administrativas que supervisores y directivos imponen y dejar de saturar a los docentes con documentos y planeaciones irreales a las verdaderas necesidades educativas del alumnado. La primera acción prioritaria del sector salud y educativo es aplicar las medidas de apoyo psicológico y emocional para reducir la incertidumbre, inseguridad, estrés, angustia, así como la violencia en los hogares.
Conforme avance el restablecimiento de la normalidad y el descubrimiento de la vacuna contra el virus, debería gestionar la aplicación a todos los mexicanos, incluídas niñas, niños y adolescentes de la calle, que también son humanos nacidos en México.
Esperemos que el acuerdo de concertación por la educación sea real, por el bienestar de todos; que no se disimulen con discursos de halagos las carencias educativas. Tenemos que estar en armonía con el presente y no continuar viviendo del pasado, sin aprender a razonar para resolver las dificultades ante los graves problemas de salud, educación, violencia, en que queda desprotegida la sociedad trabajadora en manos de cualquier vándalo, en un gobierno que perdona a los corruptos y otros la gozan en la 4T. Usted, ¿qué opina?