Adolfo Flores Fragoso / [email protected]
Al momento de escribir este artículo, ignoro el resultado final de las elecciones en los Estados Unidos.
Al margen del eso, me llamó mucho la atención el previo sentimiento antiTrump en México.
Eso habla mucho de nuestra ignorancia de lo que es la estructura y el comportamiento de la sociedad vecina.
No soy irracional conservador, republicano, ni mucho menos un “exquisito analista” de izquierdas, por lo que hoy habría que poner algunas aclaraciones en la mesa de este texto.
El estadounidense opera a través de un sistema electoral muy diferente al mexicano, que no viene al caso describir en este momento.
Quien lo desconozca, haga el favor de no opinar.
El estadounidense promedio, contra lo que muchos mexicanos piensan, es mediáticamente más voluble y manipulable.
La población promedio es muy ignorante y se rige por lo que Fox News le informa.
El estadounidense académicamente “superior” es clasista (no en todos los casos, pero…) por lo que es impositivo y obsesivo, lo que le otorga el presunto poder de debatir con una inteligencia que termina siendo una conservadurismo mocho de clóset.
Atrevo a escribir lo anterior después de convivir con todos los estratos humanos de aquella sociedad desde hace 40 años.
La verdad se expresa en el juicio y no en la sensación, diría Platón.
Añadiría que ese juicio está basado en la realidad.
No en prejuicios personales (y que tanto nos contaminan y pastorean) y en los comentarios que recibimos en Whatsapp, en 75% manipulados o falsos.
Mi trabajo consiste en leer, escuchar, analizar, y aportar una opinión, en consecuencia.
Cualquier resultado, al leer estas líneas, amerita un comentario la semana próxima.
De ganar Trump, sería lo mejor para los mexicanos.
De ganar Biden, que diosito nos coja confesados.
Dejamos el pendiente.