Dr. Anselmo Salvador Chávez Capó / Profesor Investigador de la UPAEP
El pasado 8 de diciembre, el Banco de México presentó el reporte de estabilidad financiera a diciembre de 2021, en el cual señala que, durante el periodo que cubre este reporte, la economía mexicana continuó enfrentando un entorno económico y financiero todavía influido por la evolución de la pandemia y las nuevas variantes del virus.
Si bien esto ha implicado afectaciones en las condiciones bajo las cuales opera el sistema financiero mexicano, este mantiene una posición sólida y de resiliencia, con una banca que cuenta con niveles de capital y de liquidez que cumplen con holgura los mínimos regulatorios.
A continuación se presentan algunos de los puntos más importantes del mismo:
• Las perspectivas para la economía mexicana apuntan a que la reactivación de la actividad económica mostrada durante 2021 se extienda hacia 2022, aunque a un ritmo más moderado, y no se descarta que se mantenga cierto grado de incertidumbre y heterogeneidad en el desempeño entre sectores.
• La actividad económica global siguió recuperándose en el segundo y el tercer trimestre de 2021, aunque a un ritmo menor y de manera heterogénea entre países. En este entorno, las proyecciones de crecimiento de la economía mundial se revisaron marginalmente a la baja para 2021 y se mantuvieron sin cambio para 2022, aunque la incertidumbre se ha incrementado recientemente.
• La inflación ha registrado aumentos a nivel global en lo que va de 2021. Este comportamiento fue reflejo de los desajustes entre la oferta y la demanda asociados en parte a cuellos de botella en las cadenas globales de suministro, a la recomposición del gasto hacia mercancías, a las presiones en los precios de los alimentos y los energéticos, así como a los efectos de la reapertura y gradual normalización en la prestación de algunos servicios.
• Los mercados financieros nacionales han mostrado, en general, un comportamiento en línea con el de los mercados internacionales, si bien más recientemente se ha observado un aumento en la volatilidad asociado a un incremento en la aversión al riesgo, así como a otros factores idiosincráticos.
• Hacia 2022 persisten riesgos asociados a las condiciones financieras globales, que podrían ser más restrictivas ante la incertidumbre sobre la trayectoria de las tasas de interés en Estados Unidos, en un contexto de inflación más elevada y persistente de lo previsto. En esta situación, los flujos de capital ha cia las economías emergentes, incluido México, podrían verse afectados, y podrían incrementar los costos de financiamiento para las empresas.
• Aunque los índices de movilidad han vuelto a registrar niveles observados antes de la pandemia, al parecer como consecuencia de los avances de la vacunación y de la paulatina reactivación de la actividad económica en México, persisten algunas afectaciones ocasionadas por la pandemia sobre los niveles de empleo e ingresos de los hogares. Si bien las cifras indican una recuperación, estos continúan en niveles menores a lo registrado previo a la pandemia.
• En cuanto a las empresas productivas del Estado, destaca que la posición financiera de Pemex ha mostrado cierta mejoría en meses recientes. Ello, como resultado, por una parte, de aumentos en sus ingresos y flujo operativo tras el alza en el precio del petróleo registrada desde principios de noviembre de 2020, así como por mayores exportaciones. A este resultado también han contribuido una serie de medidas del gobierno federal, que hizo aportaciones de capital a Pemex para cubrir amortizaciones de deuda en ese periodo.
• En cuanto a los riesgos de la banca múltiple, destaca que los de liquidez, de mercado, de crédito y de contagio han disminuido, o se encuentran en niveles inferiores a los estimados a inicios de la pandemia. No obstante, será importante dar seguimiento a su evolución ante el entorno actual.
• En el presente reporte se consideran los siguientes riesgos macrofinancieros para la estabilidad financiera:
• Un apretamiento de las condiciones financieras globales como resultado de incrementos en las tasas de interés en las principales economías avanzadas, ante repuntes inflacionarios mayores y más persistentes a lo previsto.
• Una recuperación menos vigorosa de la economía global y más heterogénea entre sectores y países.
• Una debilidad prolongada y más acentuada en el consumo e inversión internos.
• Potenciales incrementos a las primas de riesgo, tanto soberanas como de Pemex, así como afectaciones a sus respectivas calificaciones crediticias.
De acuerdo con el Banco de México, a más de 20 meses de iniciada la pandemia, el sistema financiero mexicano continúa mostrando resiliencia y ha mantenido una posición sólida, con niveles de capital y de liquidez superiores que cumplen con holgura los mínimos regulatorios.
Aquí y ahora la situación macroeconómica se encuentra sostenida con alfileres. Esperemos que Victoria Rodríguez Ceja no se los quite.