Anselmo Salvador Chávez Capó / Profesor Investigador de la UPAEP
No es noticia vieja: la moneda mexicana registró un avance mensual durante el presente año hasta el último día de febrero de 5.79%, ya que ganó terreno con respecto a la divisa norteamericana, apoyada por el diferencial entre las tasas de interés entre el Banco de México y la Reserva Federal, debido principalmente a que los altos niveles de inflación continúan empujando a los bancos centrales a mantener posturas restrictivas, por lo cual se ubicó como la divisa de países emergentes con el mayor avance durante ese mes.
Un efecto derivado del amplio spread de Tasas de Interés y la Reserva Federal en Estados Unidos, ha sido la apreciación de nuestra moneda nacional. Este flujo positivo que estamos viendo de recursos hacia México por el tema del apetito por nearshoring, que tiene que ver con la inversión extranjera directa, remesas, exportaciones, es lo más fuerte en el agregado y luego en el corto plazo vemos un efecto en los cambios de expectativas de política monetarias.
Sin embargo, no todas las implicaciones de este fortalecimiento son positivas, los efectos adversos radican en una pérdida de poder adquisitivo de los poseedores de dólares, pues el tipo de cambio actual provoca que se reciban menos pesos a cambio de cada billete verde entregado.
Una manera de ejemplificarlo es comparando los valores del dólar en enero de 2022 contra los del mismo mes de 2023. En primera instancia se comprueba que la capacidad de compra se vio afectada, ya que al comparar este periodo el tipo de cambio retrocedió un 9.40% al pasar de 20.3281 en enero del 2022 a 18.4176 en enero de 2023, lo cual disminuye la cantidad de pesos que se recibirían.
En este sentido, considerando que el promedio en dólares de las remesas por envío es de 374, se hubieran recibido 7,602.71 pesos en enero de 2022, mientras que en enero de 2023 el tipo de cambio era de 18.4176 con lo cual hubiera recibido 6,888.18, dando como resultado una disminución de 715 pesos.
Adicionalmente, se puede considerar que la caída del poder adquisitivo de las remesas en México es resultado de la desaceleración en el ritmo de crecimiento de las remesas en dólares a tasa anual, además de la apreciación del peso frente al dólar –en los ya señalados– de 9.40% por ciento entre finales de enero de 2022 a finales de enero de 2023, así como la inflación anual de 7.91%.
Como ya se señaló, el fortalecimiento del peso tiene dos caras, por lo cual no se le puede considerar como completamente bueno o completamente malo, ya que depende muchos factores, pero lo más importante, es contar con una cierta estabilidad. Una de las características benéficas que conlleva el hecho de que se tenga un tipo de cambio flotante, es que beneficia a los importadores, ya que un tipo de cambio bajo permite comprar una mayor cantidad de bienes en el extranjero, desembolsando menos pesos.
Sin embargo, como ya se vio, se pueden plantear algunos perdedores con un tipo de cambio fuerte, entre ellos están los receptores de remesas, en el sentido de que sus dólares valen menos al hacer la conversión, como ya se presentó, o los exportadores que reciben menos pesos por sus ventas.
Una variable que no se había hecho presente es el factor político. Hasta ahora había prudencia entre los actores políticos, sin embargo, los hechos del fin de semana en Matamoros han desencadenado una serie de intercambios, con una dureza que no se había visto durante el sexenio.
Por una parte, legisladores norteamericanos están cabildeando la posibilidad de presentar una iniciativa de Ley para declarar a los carteles de la droga como organizaciones terroristas, con lo cual tendrían la potestad de intervenir libremente sin ninguna consideración con el gobierno mexicano.
La respuesta del presidente fue directa y contundente, al señalar que en el caso de que esto suceda “vamos a iniciar una campaña de información a los mexicanos que viven en EU, para informales lo que estamos haciendo en México y cómo la iniciativa de los republicanos es irresponsable y una falta de respeto a nuestra soberanía y, si no cambian su actitud y dejan de usar a México como piñata, nosotros vamos a llamar a que no se vote por ese partido, por intervencionistas, inhumanos, hipócritas y corruptos”.
En conclusión, los efectos en el mercado de cambios han sido inmediatos, superando el techo de los 17 pesos y colocándose en las 18.1003 unidades por billete estadounidense. La depreciación de 0.62% podría relacionarse directamente con las declaraciones del presidente, quien hasta ahora había mantenido una sobria discreción sobre las relaciones con Estados Unidos. A pesar de algunas puyas lanzadas durante la mañanera, no hay motivos para pensar que escalarían hasta afectar el tipo de cambio.
Es importante para el gobierno de la Republica mantener la calma y estar conscientes que un deterioro en las relaciones con otros países podría representar un riesgo para el crecimiento económico para México y ser, eventualmente, el inicio de un periodo de inestabilidad económica para la población.