Por: Manuel Martínez Benítez /@manuelmtzb
Desde el inicio de nuestra lucha independentista en 1810, México y Puebla han vivido muchos cambios, crecimientos y decrecimientos; hemos visto guerras, pandemias, carestías, pero también desarrollo, crecimiento, modernidad y evolución
México es un país muy grande, uno de los más grandes de nuestro planeta, y no solo en tamaño y población, sino en cuanto a su economía, gente, historia, cultura y aportaciones al mundo. En medio de las festividades patrias, he querido ofrecerles a ustedes algunos datos que, si bien pueden ser entretenidos o reveladores, espero que nos ayuden a tener un poco más de contexto y hacernos reflexionar en cómo ha cambiado nuestro país, nuestro estado y nuestra ciudad.
Hay mucha información disponible. Se ha plasmado la desigualdad que vivía el país en 1810, las injusticias, el contexto mundial y los ánimos que imperaban y que llevaron a la guerra independentista y posteriormente a la guerra de Reforma y a la Revolución un siglo después.
Pero déjenme concentrarme en tres temas que, creo, nos abonarán con otra visión y más contexto: la población, el territorio y un dato de la economía.
Les comento que en México, de acuerdo con un estudio hecho en 1820 por Fernando Navarro y Noriega para el gobierno de esa época, se estimaba que de 1810 a 1910 el país creció 2.5 veces en población, al pasar de 6 millones 122 mil personas a 15 millones 160 mil personas. Y de 1910 a 2010 el país creció en población más de siete veces al llegar a poco más de 126 millones de mexicanos.
Es decir, en 210 años la población del país aumentó 120 millones, 20 veces más. Ver tabla 1
También es muy interesante analizar los datos en cuanto al tamaño del territorio. La Nueva España en 1810 –que después se convirtió en el Imperio Mexicano en 1821 y en la República Mexicana en 1823– tenía una extensión territorial de 4 millones 400 mil kilómetros cuadrados.
El día de hoy, con sus 32 entidades federativas, tiene una extensión territorial de 1 millón 964 mil 375 kilómetros cuadrados. Si bien México es uno de los países más grandes del mundo, como lo referimos al inicio, los datos nos muestran que nuestro territorio disminuyó en un poco más de dos veces en 211 años, esto principalmente por los territorios malogrados con la guerra con los Estados Unidos en 1847, cuando se perdió el estado de Texas, entre otros, o la separación de México y anexión posterior de estados como California a la misma Unión Americana. Ver tabla 2
Un último dato revelador a nivel nacional que nos da una idea de cómo era nuestra economía en esa época es que en 1820 (según el INEGI), la paridad peso dólar se ubicaba en 0.95 pesos por cada dólar americano: nuestra moneda valía más que el dólar americano hace 201 años. Posteriormente, en 1910 el valor del peso había bajado a la mitad, pero aún así era una muy buena paridad de 2.01 pesos por cada dólar americano, el día 15 de septiembre de este 2021, según reporta el Banco de México, la paridad peso mexicano a dólar americano es de 19.90 pesos por cada dólar, es decir 20 veces menor nuestra moneda a lo que era hace 201 años. Ver tabla 3
Con respecto a Puebla capital, los datos de población son impactantes. En 1803, Alejandro Von Humboldt reportaba que la Angelópolis tenía una población de 67 mil 800 personas viviendo en ella, haciéndola una de las seis ciudades más grandes del país. Para 1910, en el inicio de la Revolución Mexicana, en la ciudad vivían (según el III censo de población) 96 mil personas, es decir que el crecimiento había sido muy lento en esos 107 años, apenas 29 mil personas.
A partir de ese entonces al 2010 la población creció a 1 millón 434 mil personas viviendo en el municipio de Puebla y a 1 millón 692 mil 181 personas viviendo en el municipio de Puebla en el 2020, es decir que en estos 217 años reportados, hemos crecido en 1 millón 624 mil personas. Ver tabla 4
Por último hablamos del estado de Puebla, fundado en 1823. Abarcaba el territorio que conocemos actualmente y un poco del estado de Guerrero y algunas partes de otras entidades que antes no existían como tales. Y en cuanto a población, el estado de Puebla reportaba para 1825 una población de casi 600 mil personas viviendo en su territorio, posteriormente para 1910 la población era de 1 millón 101 mil. Para el Censo del INEGI del 2010, el estado de Puebla (con el territorio que ahora le conocemos) tenía una población de 5 millones 779 mil 829 personas; y en este último censo del 2020, el INEGI reportaba una población de 6 millones 583 mil 278 personas viviendo en nuestro estado. Ver tabla 5
Es decir que el estado en estos casi 200 años ha crecido en población en 6 millones, llevándolo a ser unos de los más poblados e importantes.
Estos datos, si bien nos pueden sorprender, espero también nos lleven a pensar en cómo ha cambiado la realidad del país, del estado y de la ciudad de Puebla, pero también a reflexionar en que hemos crecido pero también hemos perdido cosas durante estos 211 años de existir como país.
Hemos vivido y nos hemos recuperado de grandes catástrofes, guerras y problemas, pero también hemos retrocedido en economía (que es uno de los grandes temas en el país) y que debemos pensar qué hemos hecho bien y mal, como sociedad y qué han hecho bien y mal todos nuestros gobiernos y qué queremos y debemos hacer para nuestro futuro.
Y como un pequeño extra, déjenme darles un poco de otros datos “curiosos” acerca de la Independencia, que si bien algunos de ustedes seguramente ya los conocen, me llaman poderosamente la atención.
Miguel Hidalgo no tocó la campana de Independencia; la tocó el campanero de la parroquia, José Galván, mientras Hidalgo llamaba desde la entrada.
El retrato que todos conocemos de Hidalgo y que se encuentra en el Palacio Nacional, no es del verdadero héroe. Durante aquella época no le hicieron ninguna pintura; se sabe de su rostro por descripciones de personas que lo conocieron y por ellas fue que se creó un retrato (basándose en un sacerdote belga que vino durante el imperio de Iturbide y que algunos consideraron que podía representar bien a Hidalgo) que se asemeja al verdadero rostro del Padre de la Patria.
La campana de la parroquia de Dolores fue trasladada en 1896 desde Guanajuato hasta el Palacio Nacional por órdenes de Porfirio Díaz, para poder llevar a cabo las celebraciones de ese año. Festejó el Grito de Dolores el 15 de septiembre para que fuera el mismo día de su cumpleaños, y no el 16 que fue el día que Hidalgo llamó desde su parroquia a la lucha independentista.