Nora Yessica Merino Escamilla
La semana pasada marcó un hito significativo en la política poblana, al ser revelada la lista nacional de finalistas que participan en la encuesta decisiva para elegir coordinador o coordinadora de los comités en defensa de la 4ta transformación en Puebla. Esta noticia trae consigo un aire de expectación y renueva el compromiso con los principios de la 4T.
En este selecto grupo se encuentran los nombres que se sumarán a la destacada labor de la coordinadora nacional, doctora Claudia Sheinbaum, acompañada de figuras como Julio Huerta, Nacho Mier, Liz Sánchez y Olivia Salomón, elegidos por el Consejo Estatal de Morena, así como Claudia Rivera, Alejandro Armenta y Rodrigo Abdala, sumados por el Comité de Elecciones para fortalecer el grupo de aspirantes al máximo cargo.
Sergio Salomón compartió una fotografía en sus redes sociales donde aparecen los aspirantes que buscan sucederlo en el máximo puesto en el estado.
Ante este panorama, surge la primera reflexión: Sergio Salomón ha desempeñado un papel crucial al fortalecer y darle liderazgo total a nuestro estado.
Su gran talento para la conciliación y la prudencia que lo caracteriza, además de gran trabajo, han permitido que la ciudadanía refuerce la confianza en la forma de hacer política en el marco de la 4ta transformación.
La habilidad para conectar con la diversidad de opiniones y la capacidad de construir puentes son atributos que han caracterizado su gestión.
Estos valores son fundamentales para mantener viva la llama de la transformación que buscamos.
En segundo lugar, es imperativo hacer un llamado a todos los aspirantes. La 4ta transformación no es un escenario para ambiciones personales desmedidas; es un llamado a trabajar por el bien común. Es necesario que cada candidato entienda que ninguna aspiración individual puede superar la importancia de la transformación de la vida pública en nuestro país.
La unidad y la cohesión interna son esenciales para avanzar hacia los objetivos trazados por la 4ta transformación. La diversidad de ideas y enfoques debe ser un motor de enriquecimiento, no un factor de división.
La tercera reflexión nos lleva a entender que ésta no es una competencia entre los de casa. Los verdaderos adversarios no se encuentran dentro de nuestras filas; están al otro lado de la calle, pues enfrentamos un desafío mayor: vencer al conservadurismo, al clasismo y al racismo arraigados en la derecha mexicana y tener en Puebla un gobernador para los que menos tienen y que la desigualdad no sea una constante.
La unidad interna es la clave para superar estos obstáculos, y los verdaderos contendientes se perfilan más allá de nuestras fronteras políticas internas.
Es crucial recordar que la 4ta transformación es un proyecto que trasciende las individualidades.
Es un compromiso con la justicia social, la igualdad y la erradicación de prácticas discriminatorias.
En este contexto, cada paso que damos hacia la elección del próximo coordinador debe reflejar la convicción de construir un futuro donde los ideales de la 4ta transformación sean una realidad palpable.
La fotografía compartida por el gobernador Sergio Salomón, donde se reúnen los aspirantes, simboliza no sólo la sucesión en un cargo político, sino también la continuidad de una visión transformadora. Cada mirada en esa imagen representa la esperanza de miles de personas que creen en un México, una Puebla más justa y equitativa.
No perdamos de vista este propósito mientras avanzamos en el proceso de elección.
Es hora de demostrar que la 4ta transformación es más fuerte que las diferencias individuales y que juntos, como fuerza unida, podemos superar cualquier obstáculo.
La verdadera competencia no está entre nosotras y nosotros, sino en la construcción de un país que refleje los valores que defendemos. Habemus finalistas, sí, pero también habemus la responsabilidad de seguir construyendo el México que anhelamos, de seguir transformando Puebla, mantener lo que tenemos, conquistar aquello que no tenemos y recuperar lo perdido. Es momento de que la unidad sea nuestra máxima fortaleza. ¡Vamos por todo!