Manuel Martínez Benítez
@manuelmtzb
El pasado martes, 8 de noviembre, se realizaron en los Estados Unidos las elecciones de mitad de término, que permiten medir cómo está la fuerza del partido; se elige la totalidad de los miembros de la Cámara de Representantes (el símil a la Cámara de Diputados federal en México), un tercio de los senadores y algunas gubernaturas.
¿Por qué esto nos debiera de interesar a nosotros y en qué afecta a los mexicanos? Las respuestas son muchas: por ejemplo, porque Estados Unidos es nuestro vecino, compartimos la frontera con mayor movimiento
de mercancías y personas en el mundo; también es nuestro principal socio comercial y también porque lo que pasa en el gobierno y la política de EU influye fuertemente en lo que sucede en nuestro país.
Por ello y por la enorme cantidad de compatriotas que viven allá y apoyan acá. Sus vidas pueden verse muy afectadas por estos resultados electorales.
Aparte de eso, estudiar dichas elecciones nos ayuda a entender lo que está pasando en los recientes procesos y prever lo que puede ocurrir en las votaciones venideras de 2023 y 2024 en nuestro país.
Lo primero que destaca en el proceso del martes pasado es que no apareció la ola republicana que pronosticaba que iba a terminar con una gran victoria para ese partido. Hasta ayer por la tarde, no había un claro ganador de la elección, y si bien es muy previsible que los republicanos obtengan el control de la Cámara de Representantes, hoy de mayoría demócrata, no será por diferencia aplastante.
También es cierto que el control o la mayoría en el Senado no está definida tampoco, ya que hay tres puestos que están en disputa y definirán cuál partido llevará la batuta, pero el que obtenga la mayoría será por la mínima diferencia.
En medio de esto, comienzan a surgir dudas. La primera: ¿las encuestas se equivocaron en predecir un resultado? Como encuestador, puedo decir que las encuestas son instrumentos descriptivos, más que predictivos, y están diseñadas para tratar de entender lo que está pasando, y tratar de tener previsión de escenarios, pero no son una bola de cristal para ver el futuro. Y uno de los escenarios previstos con los estudios, aunque tal vez no tan difundido, era este, el de un triunfo no abrumador en la Cámara y una contienda muy cerrada en el Senado.
Ahora bien, las encuestas son instrumentos descriptivos y hay una en específico que sirve muy bien para entender las jornadas electorales: las encuestas de salida de casilla (o exit polls en inglés), que se hacen con gente que acaba de emitir su voto, y ayuda a entender qué y cómo sufragaron.
Una cadena de noticias norteamericana, tal vez la más grande de ellas, CNN, realiza ya desde hace muchos años estos sondeos el día de la elección y también, desde hace años, publica sus resultados, para que los interesados analicen la jornada. Aquí les muestro algunos datos para que juntos entendamos que pasó y pensemos si lo mismo puede suceder en México.
En la elección que concentraremos el análisis es en la de la cámara de representantes, ya que de las 3 es la única con carácter nacional, y aquí podemos observar ya algunos datos que arrojan algo de luz y entendimiento a lo que paso en el proceso.
La ciudadanía que más acudió a ejercer su voto tenía entre 45 y 64 años (39% del total de votantes tienen esta edad). Es muy interesante ver que la gente menor de 44 años vota en mayoría por los demócratas, mientras que los mayores de 45 años votan mayoritariamente por los republicanos.
Otro dato muy significativo de estas encuestas de salida es que la gente que vive en las costas (la del este y la del oeste) son más propensas a votar por los demócratas, mientras que la gente que vive en la parte central de los Estados Unidos, la zona más rural, vota por la opción republicana.
Un tema importante que se analiza desde hace años es el voto según el origen étnico. Aquí hay también datos que analizar: 58% de la gente blanca votó por los republicanos (casi siempre votan así) y el 86% de la gente negra votó por los demócratas.
Por cierto, el voto latino (que tiene un tamaño del 11% de los que participaron en esta elección) se decantó en
60% por los demócratas y 40% por los republicanos.
En cuanto a género, los hombres tienden más a votar por los republicanos y las mujeres por los demócratas.
Las zonas rurales votan con mayor fuerza por los republicanos (63%); mientras que en las zonas urbanas 58% vota por los demócratas.
Una diferencia con las encuestas hechas antes de la jornada de votación es que en el exit poll sólo se mide a la gente que sí acudió a votar; las primeras miden a los posibles votantes. Esto nos lleva a reflexionar: si había una mayor ventaja preelectoral por los republicanos, entonces esta fuerza política no movilizó o no emocionó tanto a su electorado para que acudiera a las urnas para apoyar a sus candidatos y su partido.
Y hablando de esto de salir a votar, la movilización electoral se da de dos maneras en casi todos los procesos electorales del mundo: por movilización de las bases partidistas o porque los electores están tan involucrados con un candidato o tema que salen a manifestarse a favor o en contra de algo o alguien.
Y es aquí donde las encuestas nos ayudan a entender cuáles fueron los temas que motivaron a la gente a salir y votar de la forma que lo hizo. Podemos ver (según esta encuesta de salida) dos movilizadores de votantes: el tema económico, que tal vez fue el más grande catalizador electoral, ya que el 47% de la gente que acudió a votar, pensó que estaba peor la situación económica en comparación del pasado y 79% votó por los republicanos, en contra o como castigo al gobierno de Biden.
El segundo motivador fue el tema del aborto: 73% pensaba que debía ser legal (en todos o en algunos casos) y 37% pensaba que debía ser ilegal. Y aquí los que estaban a favor de la legalización votaban por los demócratas, y los que opinaban en contra del aborto votaban fuertemente por los republicanos.
He de recordarles que los republicanos echaron este año abajo el tema del aborto legal a nivel federal en Estados Unidos, y esto movilizó sectores de la población que, o estaban a favor de mantener legal la interrupción del embarazo, o sentían que les quitaban un derecho adquirido.
Una vez viendo de manera muy general los resultados –todavía en desarrollo– del proceso electoral estadounidense, podemos entender que los temas cuentan, la popularidad cuenta y la lealtad partidista cuenta (aunque cada vez menos).
Los invito a pensar: ¿cuáles serán los temas que influirán?, ¿cuáles actores políticos tendrán la suficiente popularidad?, y ¿qué fuerza política en nuestro país podrá movilizar votantes en las próximas elecciones del 2023 y 2024 a nivel federal y en los estados en disputa?