Fernando Thompson de la Rosa @cyberthompson
Hace un tiempo, dando una conferencia sobre transformación digital y el futuro de la tecnología, una estudiante me hizo una pregunta al final de mi ponencia: “¿Usted cree que exista Dios en el internet?”
Realmente me hizo pensar mucho y me llevó un tiempo razonar muy bien la respuesta y aclararle que no hablaría por parte de ninguna religión, sino desde un punto de vista que aplicaba a cristianos, musulmanes y judíos, que son las religiones que tienen más feligreses en todo el orbe.
Le dije que si bien soy una persona que ha dedicado toda su vida laboral y académica a la tecnología, mi creencia y certeza es que Dios existe.
Entre más estudio, más leo y más experimento, compruebo que la complejidad y exactitud que reina en las galaxias y universo entero hablan, primero, de que las matemáticas fueron el lenguaje que empleó El Creador para que pudiera darse la vida y dar lugar a estrellas, planetas y complejos sistemas que aún desconocemos.
Además, la perfección del cuerpo humano, del reino animal, hasta la existencia de una “sencilla” amiba son prueba fehaciente de que existe una entidad superior.
La creación de diferentes disciplinas y ciencias desarrolladas por el ser humano, con todo lo que de ahí se ha generado, como vacunas, químicos, dispositivos, materiales, aeronaves, submarinos y medicamentos, proceden de la inteligencia del hombre, del cerebro del Homo sapiens.
Cuando Tim Berners Lee creó en 1989 el World Wide Web y de ahí surgió lo que hoy conocemos cómo internet, emanó del cerebro dotado de un científico dedicado a la Física. Regresando al principio de que fuimos creados por Dios, luego entonces Dios está en cada persona y Tim Berners Lee es persona, entonces su creación tiene implícito que Dios existe en www.
Mi conclusión es que Dios existe también en internet.
Ni bien había terminado de verbalizar lo anterior cuando más asistentes levantaron las manos para preguntarme. Le di la palabra a otro estudiante y éste me dijo: “Si Dios existe en internet, como usted indica, entonces por qué hay pornografía en internet, por qué hay pederastia y otras cosas malas”.
Después de una pausa y de meditar, contesté: “Por el libre albedrío. Dios dotó al hombre de la gracia del libre albedrío; por eso existen injusticias, guerras, drogas y cosas malas que ha inventado el ser humano en su afán egoísta de querer todo para sí mismo. Lo cierto es que el internet es neutral. Lo que haga una persona decente, de bien, en internet, seguramente será bien diferente a lo que hace un cibercriminal o una persona sin escrúpulos”.
Un automóvil sirve para salvar vidas y transportarse seguro a algún destino, pero también puede ser utilizado como arma.
Lo mismo ocurre con las invenciones del ser humano, con incontables ejemplos, como la energía nuclear, que es una sofisticada solución para generar y dotar de energía eléctrica a poblaciones enteras, pero que en las manos incorrectas daría lugar a una tragedia de proporciones apocalípticas.
Contraria a mi opinión está la de ChatGPT (prototipo de chatbot de inteligencia artificial desarrollado en 2022 por OpenAI que se especializa en el diálogo), que dice que Dios no existe en internet.
La opinión del robot es: “No, Dios no existe en internet. Dios es una entidad espiritual que trasciende cualquier plataforma digital o tecnológica.
Sin embargo, hay muchas comunidades religiosas y espirituales que utilizan internet para conectarse, compartir información y enseñanzas y difundir sus creencias. También hay muchas personas que utilizan internet para explorar su propia espiritualidad y para encontrar respuestas a preguntas sobre la existencia de Dios y el propósito de la vida.
Pero, en última instancia, la fe y la creencia en Dios son cuestiones personales y no pueden ser determinadas por la tecnología o el mundo digital”.
Recordemos que, a final de cuentas, ChatGPT es un robot entrenado por personas y su opinión, así cómo la de muchas personas, da como resultado un criterio, que no necesariamente es el correcto.
Desde un punto de vista científico, la existencia de Dios no puede ser comprobada empíricamente, ya que Dios no es una entidad tangible que pueda ser medida o probada a través de los métodos científicos convencionales.
Sin embargo, muchas personas sostienen que la existencia de Dios puede ser probada a través de la fe, la experiencia personal y la observación de los fenómenos naturales y del universo en su conjunto.
El gran científico Albert Einstein creía en un Dios que se manifestaba en la armonía y la belleza de las leyes naturales del universo.
A final de cuentas, se cumple el precepto de que, entre más estudio y más aprendo, más me doy cuenta de la maravillosa existencia de la fuente de luz, llamada Yahvé, Jehová, Tao, Zeus, Allah y tiene presencia espiritual en las buenas creaciones del Homo sapiens y su evolución.