Por: Alejandro Cañedo Priesca
La fiesta de Muertos que llega como cada año posiblemente sea una de mis preferidas.
La Navidad, el verano, la Semana Santa son eventos y tiempos que permiten en Puebla hacer una pausa, recordar las tradiciones, hacerlas grandes, acercarlas a los jóvenes, permitir que los de fuera las conozcan para hacer de esta ciudad un lugar entrañable que siempre lleven en su memoria.
Lo colorido de estas fiestas de Muertos, con las flores de Cempasúchil, el papel picado, las ofrendas, el olor a incienso, los sabores de los platillos preparados especialmente en esta época son acontecimientos que en ninguna otra parte del mundo suceden.
En México se celebra la Fiesta de Muertos, pero en cada estado y ciudad es diferente. En Puebla se ha arraigado hacer ofrendas, celebraciones y homenajes a los seres queridos que se fueron; además, se cuenta con guisos como el Mole de Caderas, que aunque no tiene mucho que ver con estas fiestas directamente, siempre nos recordará que se pueden disfrutar en esta época.
Es impresionante lo que podemos hacer en Puebla en estos días. Este fin de semana tenemos el Festival la Muerte es un Sueño, el Corredor de Ofrendas, la exposición “Me lleva la Huesuda” o la Noche de Museos.
Los invito a todos a que vengan a Puebla a disfrutar de la Fiesta de Muertos, que es Patrimonio Inmaterial Unesco, ya que está profundamente arraigada en la vida cultural de los pueblos originarios del país.
Viajemos juntos.