Manuel Martínez Benítez / @manuelmtzb
Este miércoles 24 de noviembre, el Inegi dio a conocer las últimas cifras de la inflación en México y son realmente malas, las más malas en el país desde el 2001. Si bien la inflación es algo que todos sentimos, déjenme darles algo de contexto en los términos para que todos tengamos la misma información.
Según el Banco de México, podemos definir la inflación como: “el aumento sostenido y generalizado de los precios de los bienes y servicios de una economía a lo largo del tiempo”. Es decir que es qué tanto son más caras las cosas de forma generalizada de un año a otro o de un mes a otro.
Hay que decir que la inflación se mide basada en una encuesta que aplica el Inegi mes con mes (desde hace muchos años) y se ve reflejada en el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) que sirve para calcular los índices de inflación oficial.
Otro concepto importante para tener claro en medio de esto es el de “exceso de dinero”, que se puede definir como “el dinero de más disponible en un país o en un territorio” y el control de estos temas está a cargo de los bancos centrales de los países.
Otro término es la “oferta agregada” que se define como “el volumen total de los bienes y servicios producidos por una economía” y el otro es la “demanda agregada” que es “el volumen de bienes y servicios requeridos por una economía”.
Por último, permítanme dar un último concepto, el de “tasa de interés” que según el Banco de México se define como “la herramienta que tienen los bancos centrales para controlar el crecimiento de dinero y, por lo tanto, a la inflación”.
Estos términos son importantes para entender un poco el dato de inflación que tenemos, que es de 7.05% a nivel anual con datos de la primera quincena de noviembre (falta sumarle la inflación que tendremos en las últimas tres quincenas del año). Para tener contexto, hay que decir que la inflación anualizada de los últimos dos años fue de 3.1 para el 2019 y de 3.4 para el 2020.
Y titulé este artículo como que es algo que viene de fuera pero que afecta adentro, porque lo estamos viviendo y nos afecta a todos, pero en su mayoría es provocado por factores que están pasando fuera del país, como lo que pasa en el mundo con la pandemia o como lo que pasa en nuestro principal socio comercial que es Estados Unidos.
Y aquí les cuento (algunas) de las razones que nos pegaron a la inflación que estamos viviendo. Una es que en los Estados Unidos hubo también cifras récord de este indicador (6%), y esto en parte fue provocado (según los economistas) porque hubo un “exceso de dinero” con los dólares inyectados por el gobierno de Biden a su economía, con los incentivos que dio para su reactivación pospandemia.
El problema que hubo con este “dinero extra” es que su población en lugar de gastarla en servicios que movieran su economía rápidamente, como viajar, ir a restaurantes o comprar insumos de rápido consumo, la gente compró electrónicos y vehículos así como otros objetos de larga duración que no movieron su economía como el gobierno estadounidense esperaba y solo incrementaron su inflación, y a eso le sumamos que parte del “exceso de dinero” vino a parar a México con las remesas y donde a la gente a la que le llegaron las gastaron de la misma forma o guardaron el dinero.
Otro problema que sumó para tener la inflación que tenemos es que hubo (y hay) graves problemas en las cadenas de suministros debido a la pandemia, que evitó que muchos productos se movieran de un país a otro (ya sea porque no había producción, porque no había quien las transportara, o porque se priorizó movilizar otros productos). Generando con esto una gran demanda de varios objetos y poca oferta de ellos y para ejemplo tenemos el famoso tema de los chips (y su escasez) para electrónicos, vehículos y computadoras, que está generando tener una demanda de muchos de productos, con una oferta limitada de estos, y por ende un encarecimiento (inflación).
También a nivel mundial hubo una gran demanda de energéticos (gas, gasolina, carbón, etcétera) para (sobre todo) la generación de electricidad, que fue muy necesitada en los meses pasados, y eso provocó un encarecimiento de estos energéticos, provocando alza en costos en cascada de varios productos.
Todo eso, más el detenimiento que tuvo la economía por la pandemia, y la falta de trabajo o despidos por este mismo tema y los bajos salarios (pobreza laboral), provocó que hubiera una inflación récord en el país (7.05%) siendo los principales aumentos en áreas como la de los energéticos (15% a nivel anual), frutas y verduras (13.3%); alimentos, bebidas y tabaco (7.5%) y otras mercancías (6.5%), de acuerdo con lo revelado por el Inegi.
Y si bien, como vemos, muchos de estos problemas vienen de fuera del país, nos afectan a todos en forma importante, porque nos están encareciendo los artículos del día a día, y eso todos los sentimos cada vez que consumimos algo. Y en medio de todos estos problemas externos se suma algo que ha sido criticado por muchos: el actuar del gobierno federal, por la falta de apoyos específicos a los sectores productivos y los malos mensajes por algunas decisiones o acciones en temas fiscales y monetarios.
Por último, déjenme decirles que el encargado (como tal) de controlar la inflación es el Banco de México, ese Banxico que está en medio del huracán en estos días con todo lo que hay con respecto al nombramiento (de ser aprobado, que es casi seguro que así sea) de la nueva presidenta de este órgano autónomo.
Controlar la inflación es la razón de ser de los bancos centrales, pero la única herramienta que tienen para tratar de controlar la inflación es el aumento de las tasas de interés, esto, para tratar de desincentivar una demanda desmedida de productos y tratar de que la población (que pueda) ahorre lo más posible de su dinero, ya que le dará más rendimientos. El problema de esto es que pocos son realmente los que pueden ahorrar en los bancos en nuestro país y que muchos de nosotros compramos cosas (no siempre necesarias) a crédito, y estos créditos son con altas tasas y generan problemas financieros a las familias.
Es por eso que el tema de la designación del Banco de México es tan importante, porque si bien al parecer es indispensable el alza de tasas de interés para frenar la inflación, hay una discusión al interior del Banxico sobre este tema, y es un tema tan técnico que debe ser hecho por gente preparada, que conozca de política monetaria (no de política fiscal que es como gasta el gobierno) y que tenga autonomía en la toma de decisiones sin importar lo que quiera el gobierno federal ni otros grupos de poder que buscan intervenir en este tema.