Menos de siete años de antigüedadn deberán tener los taxis que circulen en el estado, regresarán los mototaxis con nuevas reglas y se eficientará el transporte público.
Esas son tres de las disposiciones de la nueva Ley de Transporte que ayer fue aprobada por unanimidad en el Congreso de Puebla, iniciativa del gobernador Miguel Barbosa.
Isabel Merlo Talavera, al frente de la Comisión de Transporte y Movilidad, aseguró que sostuvo reuniones con transportistas para analizar el nuevo horizonte que plantea la ley.
Sin embargo, transportistas de Izúcar de Matamoros denunciaron que no fueron convocados a discusión alguna y que el mototransporte resulta inseguro. Eso, en una manifestación que sostuvieron ayer mismo frente al edificio del Congreso.
La diputada Merlo Talavera indicó que la nueva ley permite a los ayuntamientos involucrarse en estudios de factibilidad y trazo de las rutas.
Aseguró que los mototaxis serán permitidos de acuerdo con las vialidades de los derroteros, las características de las unidades y la demanda del servicio.
Destacó que la nueva ley considera las necesidades de transportistas, pero priorizará al usuario.
La Mesa Directiva también recibió del titular del Ejecutivo Miguel Barbosa una iniciativa de decreto para reformar la Constitución local en fiscalización y combate a la corrupción.
Vuelven los mototaxis
En paguitos, un mototaxi cuesta unos 50 mil pesos; la mitad si se paga de contado. Allá por el año 2005 fue cuando ese tipo de vehículo adquirió mayor popularidad en la zona conurbada de Puebla; decían que era bueno, bonito y barato, aunque el fantasma de la inseguridad siempre ha cubierto con su manto la operación cotidiana.
La tarifa más económica, en promedio, es de 10 pesos, y difícilmente alcanza 35 o 40 pesos en los recorridos más largos.
Se les ve rodar en la zona de Coronango, Santa Clara Ocoyucan y Cuautlancingo, en donde, de acuerdo con un antecedente hemerográfico, había hasta 600 unidades en funcionamiento.
La pandemia y un accidente ocurrido el 14 de marzo pasado –que causó la muerte de una mujer de edad avanzada, su nieta y el conductor, en la junta auxiliar de la Resurrección– pusieron en duda la seguridad de su operación.
En 2011, las autoridades ordenaron la sustitución por taxis compactos y dieron apoyos, aunque el plan no alcanzó el 100%, y aunque se efectuaron operativos, no dejaron de funcionar.
Sus tarifas asequibles y el hecho de que entraban a calles de difícil acceso causaron que el nuevo esquema de taxis no tuviera éxito.
A los pueblos les resultan útiles los mototaxis, pero legislar para su operación era imperante, sobre todo para que sean más seguros y cuenten con licencias específicas. (Germán Campos)