Historias para armar la Historia
Ramsés Ancira @ramsesancira
Humphrey DeForest Bogart no era un hombre guapo, pero tenía una imagen de galán que todos le creíamos. Un hombre duro, pero amigo de un hombre negro cuando el racismo estaba en su máximo esplendor en Estados Unidos; y aunque se portaba grosero, no podíamos dejar de sentir ternura por él cuando con una copa, seguramente de whisky, imploraba: ¡Play it again Sam! o dejaba ir de Casablanca a una de las mujeres más hermosa de todos los tiempos, Ingrid Bergman, para que siguiera siendo soporte de un líder de la resistencia.
Carla Humphrey tampoco es la panista rancia que pretende la cultura patriarcal.
Ya quisiera Morena tener más cuadros progresistas, profesionales y liberales como ella.
Humphrey, el feo, y Humphrey la bella son dos ejemplos de estereotipos: Rick (Humphrey) tuvo que renunciar a Ilsa Lund, no porque fuera cinco centímetros más bajo que la actriz Ingrid Bergman, sino porque en la trama, detrás de su cinismo, se encontraba un hombre bueno.
Santiago Nieto, tuvo que renunciar por el momento al servicio público porque se enamoró de Humphrey (la bella) y al presidente le salió lo palurdo; no quiso entender que un doctor y una doctorante en derecho, tenían derecho, valga la redundancia, a una boda digna. Mentira que fuera más ostentosa que una fiesta de XV años en un barrio pobre de Iztapalapa.
Pero esto también tiene que ver con las preguntas de muchas personas que se olvidan de sus obligaciones periodísticas y prefieren hacer el papel de patiño, poniéndole a López Obrador la oportunidad de dar respuestas pontificadoras, con juicios morales y mal informadas.
#PerroSiComePerro dice, y dice bien el colega Francisco Rodríguez. Vicente Serrano no es santo de mi devoción porque he tenido noticias de que quiso cobrarle una entrevista al capitán Vladimir Malagón, pese a que recibe mucho dinero de instituciones de la 4 T, para posicionar sus canales de You Tube. Ignoro si también le cobró a Carla Humphrey, pero la entrevista me encantó. La dama sacó toda la casta y quedó claro que como buena mexicana prefiere las tortillas al PAN, que tiene una honestidad mucho más valiente que la que pueden presumir muchos morenos y que ser de izquierda sin duda es un valor, pero pequeño en comparación con otros valores como son la justicia y la congruencia profesional.
Ataviada con un vestido floral, en el frio otoño, y con un estampado muy mexicano, Carla Humphrey enfrentó todas las preguntas maliciosas. No podía contar con seducir a Serrano, porque sus preferencias son distintas, pero lo dominó y lo venció, si acaso la intención hubiera sido hacerle una entrevista tramposa.
En uno de los momentos estelares de la entrevista, Carla Humphrey recordó que cuando José Woldenberg fue el primer presidente del Instituto Federal Electoral, nadie lo cuestionó sobre estar casado con Julia Carabias, a pesar de que ella formaba parte del gabinete presidencial del priista Ernesto Zedillo.
La eminente maestra Carabias, por cierto, fue integrante del Movimiento de Acción Popular (1981) y del Partido Socialista Unificado de México (1986). Su ex esposo, por cierto, también es autor de un libro de memorias desde la izquierda y es uno de los críticos mejor documentados de López Obrador. Ambos son de origen judío, así que por favor no le vayan a pedir referencias a Jalife, quien también odia a los científicos por su puro complejo de no haber estudiado un doctorado.
Pero regresando a Humphrey. Su discurso fue claro. Una cosa es que haya estado casada en primeras nupcias con el panista Gil Zuarth, y otra muy distinta que ella milite en ese partido. En la entrevista ella se colocó en una posición de centro izquierda y declaró que coincide con López Obrador en la urgencia de combatir la corrupción.
Además, fijó su posición, dijo que no coincide con el INE en que haya que perdonar al que se pase con menos del 10 por ciento de su presupuesto de campaña. Ni aunque fueran centavos, enfatizó. Y con esto se vio mucho más ética que las instituciones que sacan dinero del erario público, para pagarle a youtubers para servir de patiños de López Obrador en la mayoría de “las mañaneras”.
BITÁCORAS SUPLEMENTARIAS 4.5 T
Militantes del Partido Morena, que nunca fueron parte de Acción Nacional, el PRI, ni de los partidos confesionales integradores del Movimiento, han decidido pintar su raya, hacer un padrón con militantes que se autodenominan de izquierda y hacer una agenda progresista de cinco puntos con temas que los diputados y senadores de su partido han querido soslayar, entre los cuales se encuentran: la liberación de presos que cumplen con los requisitos de la Constitución y el fin de la venta de niñas para explotación sexual y laboral, con el pretexto de que son “usos y costumbres”.
La iniciativa es del coahuilense Rogelio Montemayor y de militantes de Morena en Estados Unidos que fueron despreciados por Mario Delgado a pesar de constituir la Fuerza Migrante más importante con la que contaba el partido en el exterior.
NUEVA MINISTRA
Conexiones: El @senadomexicano aprobó por dedazo presidencial a Loretta Ortiz como nueva ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ella fue cómplice por omisión de Netzaí Sandoval desde su cargo como integrante del Consejo de la Judicatura Federal, pues permitió que la defensoría pública despidiera a los abogados más competentes, (alguno de ellos escritor de gran prestigio en el medio académico), para poner a recomendados del líder del Senado: Ricardo Monreal.
¿Pudo usted ver los enlaces de estos hechos en los que se entrelazan el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial?
NUEVO JUGADOR PRESIDENCIAL
El Secretario de Gobernación, Adán Augusto, se suma a la lista de probables candidatos a la presidencia. Nada que objetar. Muchos presidentes de México han venido de ese ministerio. Solo una observación México está adherido a los acuerdos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, los cuales establecen que las personas privadas de la libertad no pierden derecho a una estancia digna, a medicinas, al trabajo y la educación.
Esto es un chiste dadas las actuales condiciones de las prisiones de todo el país.
López Hernández es el responsable de todos los Centros de Reclusión Federales, como Martí Batres lo es de los reclusorios de la Ciudad de México. Ninguno de ellos se ha ocupado del asunto.