Anselmo Salvador Chávez Capó / Catedrático Investigador UPAEP
Han pasado las elecciones. El 2 de junio de 2024 se desarrolló el proceso electoral para elegir a la persona que ocuparía el máximo cargo en nuestro país y ya conocemos los resultados: la primera mujer presidente de México será Claudia Sheinbaum, quien asumirá el cargo el 1 de octubre, tras ser votada por 35.9 millones ciudadanos.
Cabe señalar que, durante al menos los primeros tres años, Claudia Sheinbaum tendrá mayoría en ambas cámaras del Congreso debido a la coalición de partidos que la llevaron al poder, lo cual implica mayor posibilidad de que las 18 reformas constitucionales propuestas por Andrés Manuel López Obrador sean aprobadas, entre ellas los cambios al Poder Judicial, la desaparición de los órganos autónomos y la tropicalización del INE.
Tales reformas parecen separadas de los ámbitos económico y financiero; sin embargo, se encuentran estrechamente ligados. A continuación, se presentan algunos de los asuntos que en materia económica el nuevo gobierno federal debe atender más temprano que tarde:
- El tipo de cambio que se ha ajustado al alza desde el pasado lunes 3 de junio, cuando se dio a conocer la estimación de la conformación del Poder Legislativo, ya que el mercado cambiario es muy sensible a las modificaciones legales que pueden elevar el nivel de incertidumbre.
A la mitad de la jornada del viernes 7, en ventanilla bancaria el dólar se vendía en 18.68 pesos por dólar, lo que equivale a un incremento del 9.75% con respecto al 31 de mayo de este año. - La elaboración del Presupuesto de Egresos para 2025 debe ser la máxima prioridad, ya que debe señalar cómo se va a reducir el déficit presupuestario de México, que alcanzará el 5.8% del PIB (el cual alcanza un valor de 25.1 billones, que cuantificados son casi 1.4 billones de pesos de acuerdo con los datos de 2023), buscando llegar al 2% que en 2018 se alcanzó, con lo cual se presentaría una señal clara de que la deuda del país es sostenible.
- Buscar implementar los mecanismos para que la economía mexicana vuelva a crecer, considerando que el crecimiento anual del PIB durante el sexenio fue de sólo 1.1%.
Desde el gobierno se afirma que el lento crecimiento fue resultado de la pandemia de COVID-19, no de sus políticas económicas, pero durante el mismo periodo Estados Unidos creció dos veces más rápido.
Cabe señalar que el ingreso per cápita de México en 2024 será el mismo que hace seis años; asimismo, para la economía mundial, el Fondo Monetario Internacional estima un crecimiento económico de 3.2% tanto en 2024 como en 2025.
Se debe tomar en cuenta que lo anterior es posible, ya que la economía mexicana creció 3.2% en 2023, el segundo año consecutivo de crecimiento que supera el 3%. - Lo anterior en materia de crecimiento se podría realizar aprovechando el impulso de muchos países occidentales, incluido Estados Unidos, hacia el
nearshoring.
Es decir, trasladar las cadenas de suministro a países que sean más amigables y geográficamente más cercanos que China, considerando que el gobierno norteamericano se encuentra en una situación diplomática que ha generado tensiones con ese país, lo cual podría presentar una oportunidad importante para que México atraiga más inversión extranjera. - El manejo del tema energético dejó un escenario muy complicado para la administración entrante, ya que la actual se quedó muy lejos de lo que ellos mismos se habían puesto como objetivo, tomando en cuenta que la meta de producción era de 2 millones de barriles diarios, cuando en la actualidad se encuentra por debajo de 1.5 millones.
Asimismo, las finanzas de la petrolera siguen sumamente deterioradas, al continuar con una deuda de más de 100 mil millones de dólares. - En lo que corresponde a la generación de energía eléctrica, tampoco se logró el objetivo de que la Comisión Federal de Electricidad absorbiera el crecimiento de la demanda eléctrica a partir de una expansión con enfoque de las centrales eléctricas, ya que prácticamente no entró en operaciones ninguna central eléctrica de CFE durante el sexenio.
- El empleo es un factor central que se deriva del crecimiento económico; la tasa de desempleo alcanzó mínimos históricos de 2.3% en marzo y se generaron 470 mil nuevos empleos promedio en el trimestre, en un contexto de salarios en aumento y una disminución en la tasa de informalidad laboral (51% nacional y en Puebla del 69%).
Por ello, es de suma importancia que una parte de ese espectro que se mantiene en la informalidad pase a la economía formal, con el correspondiente pago de impuestos, tan necesarios en la situación actual. - Las finanzas públicas se mantuvieron robustas, con una recaudación tributaria que creció un 3.4% real anual entre enero y marzo, en línea con el objetivo de mantener la deuda a un nivel sostenible a corto y mediano plazo.
- La deuda pública de México se mantuvo estable, reduciéndose como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) a un nivel sostenible del 45.5% (15.434 billones de pesos), lo cual sitúa favorablemente a nuestro país en comparación con otras economías emergentes y naciones con calificaciones crediticias similares, por lo cual se debe buscar mantenerla en esos niveles.
Lo anterior se logrará únicamente si el gobierno puede demostrar un mayor compromiso con el Estado de Derecho, incluida la independencia judicial.
En caso de no cumplir esta condición, los agentes económicos pueden decidir mover sus inversiones a otras realidades, afectando negativamente la percepción con respecto a la economía del país, sin olvidar que la estabilidad económica cuesta años crearla y unas declaraciones la pueden afectar en tan sólo unos minutos.