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Vicky Fuentes / Twitter: @NoticiasVicky / FB: VickyFuentes/Oficial
No puedo negar que cuando el pasado mes de octubre se anunció la alianza Sí por México, como una iniciativa que agruparía a decenas de organizaciones de la sociedad civil que impulsarían una agenda y perfiles ciudadanos en los partidos políticos para la elección 2021, me entusiasmó el tema. Han pasado cinco meses y los resultados de ese impulso y compromiso son escasos.
En su momento, el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, los calificó de Frenaaa 2, quemándolos en su conferencia matutina. Se suponía que “Sí por México” y los partidos PAN, PRI y PRD, le dirían sí al diálogo, a la democracia y a la libertad. Uno de los argumentos que más difusión tuvo fue: “ Sí por México es ya no dar la espalda a nuestro país, decirle sí de manera positiva y pasar de la protesta a la propuesta y de la propuesta a la acción, con una agenda clara, con valores que nos caracterizan, como son la democracia y la libertad”.
¿Qué ha pasado a menos de 80 días para la elección? ¿Cuántos perfiles vemos que los partidos estén sumando con la bandera ciudadana? ¿Dónde está su apuesta para construir una verdadera democracia? Están buenos para criticar que en estos dos años nuestro país se ha transformado en una nación dividida, con la amenaza de desaparecer instituciones y hasta modificar la Constitución si esta obstruye los planes de la 4T, pero no dan ni un paso atrás para empoderar a perfiles competitivos que puedan dar un golpe de timón a las malas decisiones que hoy padecemos.
Puebla es un buen ejemplo de lo que es prometer y no cumplir, mucho ruido y pocas nueces. En medio del escándalo por las designaciones de candidatos a alcaldías y diputaciones federales, la superalianza PAN, PRI y PRD pone en entredicho la pulcritud del proceso para seleccionar a los mismos. Se cuestiona la forma en la que han llegado y hasta se habla, como antes, de la venta de candidaturas; sí, aunque no sean garantía de triunfo.
De la misma manera, la organización Futuro 21 ha lamentado el desaire de partidos políticos a candidatos ciudadanos honorables, postulando a candidatos impresentables que han tenido señalamientos de corrupción y más.
Nada ha cambiado. ¿Qué se puede esperar si el candidato de Morena en el estado de Guerrero es un hombre que tiene en contra al menos cinco acusaciones de acoso y abuso sexual y el partidazo lo sigue apoyando?
Parecía un buen camino que recorrerían partidos y ciudadanos. No lo ha sido. Parecía más que una buena intención. Hasta ahora eso es. Parecía que el coraje y la indignación nos movería con un solo propósito. Y hasta hoy ni uno ni otra han sido motores para que algo suceda.
Si como dice la abuela, Luis Echeverría fue peor y salimos adelante, no hay algo que hoy no podamos superar unidos y trabajando. México sigue en pie a pesar de los que usan el poder para beneficio de unos cuantos que, por cierto, han perdido la razón.
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