@cyberthompson
El año pasado fui invitado a moderar un panel de tecnología e innovación para ejecutivos en la industria del petróleo y la energía. En los panelistas había de todo, así que enfoqué mis preguntas hacia el futuro y escenarios que eran inminentes en su desenlace por varios factores que les explicaré hoy a ustedes.
En lo micro, hoy, los ejecutivos de las empresas responsables de las tomas de decisiones no le dan la suficiente importancia aún al tema de ciberseguridad, ni el presupuesto; pero tampoco la mayoría de los responsables de las áreas de tecnología que, en mi apreciación, tienen el nivel de conocimientos o preparación requerida para armar todo lo que implica proteger la información y los activos digitales de una empresa.
Un técnico piensa que con software antivirus y antispyware, así como con fierros o hardware llamado firewall o pared de fuego están protegidos; y no hay nada más lejano de la realidad que esto, lo cual hace que empresas clave, instituciones y agencias de gobierno sean altamente vulnerables.
En lo macro, las guerras entre grupos de poder, las peleas entre potencias mundiales y otros países ocurren todos los días y la enorme mayoría de la humanidad ni cuenta se da. Rusia, China y Corea del Norte se dedican a hackear intereses de Estados Unidos y sus aliados. También los norteamericanos mandan ciberataques a sus adversarios, sin embargo, de esta historia les quiero compartir hoy un capítulo que me servirá de ejemplo para ilustrar:
Hace exactamente una semana, un gran corporativo energético de Estados Unidos, llamado Colonial Pipeline, transportaba DIARIAMENTE más de 100 millones galones de gasolina y diésel desde el Golfo hasta la costa este de Estados Unidos. Fue hackeada a través de un malware denominado RANSOMWARE. Esta cosa secuestra la información y deja inoperantes a computadoras y servidores.
Literalmente, paralizó toda la operación. Para regresarle el control al corporativo, los secuestradores digitales o ciberdelincuentes pidieron la cantidad de cinco millones de dólares. Días de caos por la escasez de combustible en el Sur de los Estados Unidos fueron provocados por esta situación; pérdidas de negocio, especulación, presiones económicas se dieron a lo largo de la semana porque estaban detenidos los vehículos de combustión fósil.
Le comparto otros dos antecedentes en la industria que tanto dinero deja: Saudi Aramco fue atacada. Y no vayamos más lejos, aquí Pemex fue también hackeado por otro ransomware, en fin, casi todo lo que represente infraestructura crítica será atacado. Lamentablemente me refiero aquí a aeropuertos, hospitales, presas de agua, sistemas de transporte, control de tráfico, seguridad, industria energética y otras más, que por tener dinero o no poder sobrevivir sin detener sus operaciones, son un blanco apetitoso para los cibercriminales.
Regresando a la historia de Colonial Pipeline, ni sus expertos tecnológicos, ni el FBI, ni ninguna entidad pudo hacer nada por rescatar a la empresa, más que señalar a un grupo ruso, como el causante, así que tuvieron que pagar el rescate al cierre de esta semana.
Sí, dieron los cinco millones de dólares que mencioné, es decir, el equivalente a cien millones de pesos.
Lo peor de todo es que Colonial Pipeline podría ser nuevamente víctima de un ataque similar, Shell, Mobil, todas las empresas dedicadas a la extracción, distribución y venta de combustibles son de los objetivos más evidentes para un hackeo porque cada día que dejan de operar pierden millones. Si el costo por galón fuera de 3.5 dólares y al día transportan 100 millones de galones, por parar siete días, lo que pagaron de rescate es nada con los más de 2 mil 450 millones que perdieron.
¿Dónde está la clave para reducir el riesgo?
Empezando por capacitar a los empleados, concientizar a la gente de los peligros del internet es vital. Abrir un e-mail, darle click a una liga, bajar una fotografía o video es precisamente lo que detona el hackeo.
Gobierno, empresas e instituciones de educación deben armar una estrategia nacional para proteger primero a los ciudadanos, a las empresas de todos los tamaños y los intereses del país. Termino proponiendo: se requiere la creación de un cibercomando que lidere la estrategia defensiva de México.