Los agentes económicos de la industria del turismo, más que provocar miedos y desesperación, deben generar ideas para entender y asumir lo que viene
Por: Alejandro Cañedo Priesca
¿Quién podría saber qué pasará con la industria del turismo en el mundo? En los últimos días he recibido una gran cantidad de reportes, estudios, ideas y presagios sobre cómo se va a comportar esta parte de la economía que representa alrededor de nueve por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) mundial.
Especialistas en la materia auguran momentos de tensión en la totalidad de la cadena de valor.
Son tantos datos que a veces necesito tener un momento de paz para poder tener una idea clara de lo que se presagia que pasará en el mundo de los viajes, a donde he pasado trabajando la mayor parte de mi vida.
Puedo decirles que desde que estaba en secundaria y hacía las veces de mensajero, pasando por guía de turistas, promotor, agente de viajes, colaborador en medios electrónicos e impresos con el tema de los viajes y funcionario público en el área de turismo, no había encontrado tantas cosas que dicen que pasarán, que espero que muchas sean sólo ideas de mentes con imaginación de mundos abstractos.
Ya pasó en 2001, los cambios llegaron y los viajeros se adaptaron, fueron fáciles de entender y aplicar, ahora todo es distinto, profundo, y considero que debemos de esperar a saber cómo están trabajando ya los países que salieron de la pandemia para poder entender y aplicar las nuevas reglas que dicen que llegarán.
La infraestructura relacionada con los viajes es inmensa, miles de aviones, hoteles, barcos y transporte terrestre estarán disponibles, sin embargo la duda que acecha es ¿cómo se venderán?
Algunas aerolíneas, como prueba durante la contingencia, están eliminando la venta de asientos, reduciendo drásticamente el inventario disponible, provocando un aumento en la tarifa promedio.
Los hoteles requerirán medidas sanitarias extremas y el sentarte en un restaurante, podría ya nos ser la mejor experiencia.
Considero que más que provocar miedos y desesperación, el trabajo de todos los agentes económicos que participamos en la industria del turismo es generar ideas para entender y asumir lo que viene, anticipando acciones y hacer el mejor esfuerzo para cumplir el sueño de los viajeros, ya que el vender viajes es el arte de vender sueños e ilusiones.