Notas para una defensa de emergencia
Silvino Vergara Nava
Los Estados son necesarios para proporcionar bienes públicos
que los mercados no proporcionarían por sí mismos,
de la previsión meteorológica a la asistencia sanitaria pública,
pasando por el sistema judicial, la seguridad de alimentos
y medicamentos y la defensa nacional.
Francis Fukuyama
En estos tiempos del neoliberalismo resulta necesario que el Estado implemente medidas que frenen actividades económicas de la iniciativa privada que buscan la creación de monopolios, mismos que frenan el crecimiento de la competencia y el desarrollo económico del país.
Es necesario que las autoridades pongan a esas empresas privadas ciertas restricciones para poder permitir, entre otras cosas, un libre mercado, mismo que debe estar regulado para que no crezcan monopolios que devoren la competencia.
Los monopolios acarrean el problema del control de precios por empresas privadas y del suministro de los productos, razón por la que es necesario implementar organismos gubernamentales especializados que regulan un sector muy específico y tecnificado de la economía.
Es importante que se genere la función de “Estado regulador”, pues también se requieren medidas para promover el suministro de ciertos servicios o productos de los que posiblemente la iniciativa privada no se inmiscuye, o bien, que requiere de ciertas características para salir al mercado.
El Estado regulador consiste en realizar una intervención en la economía, en forma directa, para suministrar bienes o servicios que el mercado no brinda espontáneamente o bien, para rectificar los fallos del mercado.
Esas medidas se han instalado en México desde hace mucho tiempo, por eso la creación de diversos organismos como son: Comisión Federal de Competencia Económica, Instituto Federal de Telecomunicaciones, Comisión Nacional Bancaria y de Valores, Comisión Nacional de Seguros y Fianzas , entre otros.
Son órganos desconcentrados de la propia administración pública, son autónomos, es decir que no forman parte de ninguno de los poderes; cumplen funciones muy importantes dentro de la economía de las naciones.
La reciente iniciativa presidencial de que algunos de estos organismos desaparezcan, estriba en dos razones que no tienen que ver con su naturaleza técnica, sino en la deformación de esos organismos.
La primera que resultan excesivamente onerosos para el Estado, pues cuando se crearon en los tiempos del auge de la economía neoliberal, se requería de esas medidas regulatorias, a costa de grandes costos salariales.
La otra razón, de desaparecer o fusionar esos organismos, se refiere a que pareciera que cuando se crearon no se les otorgaron las atribuciones suficientes como para cumplir con su cometido.
Las inspecciones y vigilancias que llevan a cabo son pobres en atribuciones y son organismos tan pequeños que no tienen la infraestructura para abarcar todas las necesidades del sector que les corresponde para todo el territorio nacional.
Por ello es que hay una diversidad de leyes administrativas que les corresponde aplicar a esos organismos y que, en la práctica, no tienen la infraestructura y la capacidad de lograrlo.
A algunos de ellos se les otorgaron ciertas atribuciones para lo que se denomina “ponerles dientes” y hacerlos cumplir sus decisiones.Tal es el caso de la Procuraduría Federal del Consumidor, que puede cobrar sus propias multas, pues antes de la reforma en junio de 2018, imponía multas, pero nadie las cobraba, por ende eran ineficaces.
Lo mismo sucede con el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, que debido a la nueva ley de la materia, impuesta por el tratado de libre comercio de América del Norte, se le otorgó la capacidad de cobrar sus propias multas.
Sin embargo, existen otros organismos que se encuentran en la incapacidad de contar con esos “dientes” y su poca infraestructura, tal es el caso del Instituto Nacional de Derechos de Autor.
La falta de operatividad y los gastos excesivos en nóminas son las razones por las que se pretende disolver, fusionar, modificar esos organismos. Y es que, como muchas cosas que nacen de la política, se crean con buenas intenciones, pero en su trabajo diario son ineficaces jurídicamente.