Ni más ni menos
Jorge Luis Hernández / [email protected]
EMPIEZO CON
Cierto que los últimos dos años de Selección Mexicana han sido de regulares a malos en juegos amistosos, eliminatoria y torneos oficiales. También es verdad que no están en los 26 elegidos de Martino los que mejor nivel futbolístico vivieron en los últimos seis meses y, también, tienen razón aquellos que señalan que esta Selección Mexicana no es, por mucho, la mejor en cuanto nivel futbolístico mostrado ni la de mejor plantel, a diferencia de mundiales pasados, pero con todo y todo, usted y yo seguramente veremos a un combinado Tricolor con entrega y ganas de trascender, por el bien de los futbolistas, de sus familias, ya que muchos tienen la intención de deslumbrar a propios y extraños en tierras cataríes, para ser observados por los clubes europeos y dar el gran paso, algunos por primera vez, otros por el regreso.
También es cierto, amigo lector, que con todas las dudas y enojo que muchos aficionados mexicanos tienen con el Tricolor, todos estarán pendientes de cada partido del combinado nacional en la justa mundialista, porque al final del día tuvimos que esperar cuatros años y contando para ver a México en la justa y eso no es todos los días, se valora enormemente, si no me creen, pregunten a los italianos que por segunda Copa del Mundo consecutiva no acudirán, o a los chilenos, quienes tampoco estarán disputando la Copa en Catar.
Créame que esta Selección Mexicana al no generar expectativas positivas en la mayoría del ánimo de la afición, tiene la gran oportunidad de sorprender gratamente, porque no llevan la presión tan marcada de otros mundiales, esa del famoso quinto partido, tema que para este mundial, ni siquiera han tocado los medios y la afición, pues esperan tan poco del Tricolor que un triunfo será una verdadera revelación, sin exagerar.
Gerardo Martino, técnico del combinado mexicano, sabe que salvo que su equipo haga lo impensable en Catar, los directivos no negociarán con él su permanencia, es más, el argentino ya ha sido avisado que su estadía con el Tricolor ya no es bien vista por la mayoría de los dueños del balón en nuestro país, por lo que para el mismo Tata, lo sorpresivo sería quedarse más tiempo al frente del equipo mexicano.
Martino se la jugará con con los jugadores que le generan confianza, para el Tata los buenos momentos de los jugadores no pesa más en su ánimo que el hecho de que los futbolistas hayan vivido el proceso, que arrancó hace cuatro años, por lo que la razón se la dará o quitarán los resultados que estamos por presenciar .
EL REMATE
Para rematar el tema, sólo resta decir que Martino es un buen entrenador –sé que muchos no coincidirán con un servidor–, pero como todo entrenador ha decidido empecinarse con sus convicciones y así debe ser, pues la verdad sea dicha su mayor pecado es seguir confiando en jugadores con una clara baja de juego, mismos que ojalá en el Mundial obtengan la suficiente motivación para hacer historia con este equipo, porque lo peor ya lo esperamos todos o la gran mayoría.
TERMINO CON EL JOVEN TÉCNICO DEL PUEBLA
La Franja recién acaba de hacer oficial que aquél que fungió dos años como auxiliar técnico de Nicolás Larcamón, con el cuadro poblano, se ha convertido en el nuevo entrenador de La Franja. Eduardo Arce, estratega de 33 años de edad y quien tiene un pasado interesante con la institución.
Arce fue jugador del Puebla –sin pena ni gloria tristemente– y en su aventura como entrenador ha estado en las categorías juveniles, con las que ha tenido un desempeño bueno –que no es lo mismo que exitoso o sobresaliente–. Cuando Nicolás Larcamón llegó al Puebla, lo llamó a su cuerpo técnico y desde entonces ha sido parte de ese Puebla que agradó y sorprendió en la Liga MX.
Como todo aquel que llega, Arce merece el beneficio de la duda, sin embargo, todo este romanticismo que los dueños del Puebla están buscando para con los aficionados y algunos medios –los oficiales del equipo, claro está– tiene un trasfondo que pocos aficionados vieron y verán, dada la efervescencia de la noticia: el dejar a alguien que continúe el trabajo de Nicolás Larcamón tiene a más de uno contento, pero del otro lado de dicha decisión de la directiva poblana está el que, una vez más, no habrán grandes fichajes para el equipo, seguirán pensando en la venta de dos o tres jugadores del actual plantel para seguir llenando las arcas y, lo peor de todo, seguir valiéndose de las frases de “con poco se hace mucho”, un “equipo aguerrido” y que le están dando “la oportunidad a un técnico joven” –si bien eso es plausible–, eso condena a que la afición una vez más se conforme con un equipo sorprendente, pero que al igual que el de Larcamón no aspire y no gane nada.
No dudo que Arce esté preparado y sea gente de futbol, pero eso de etiquetarlo como quien continuará el legado de Larcamón es una exageración, pues a él mismo con el tiempo, la sombra del extécnico le estorbará, sobre todo cuando los resultados positivos no lleguen y empiecen las molestas pero inevitables comparaciones.
En resumen, la directiva volvió a buscar una historia emotiva para el Puebla, para que la afición se vuelva a emocionar, porque invertir para que este equipo sea un verdadero aspirante al título, eso, ni soñarlo. Al tiempo.