Adolfo Flores Fragoso, distinguido periodista y analista poblano, en una acertada intervención televisiva que tuve la fortuna de escuchar y ver realizó estupendos razonamientos (en poco tiempo) sobre el fenómeno grave que hoy está prevaleciendo: la economía por encima del ser humano.
Nos explicó claramente cómo la tecnología desplaza de plano al ser humano, y da a la economía preponderancia para que con base en ella se tomen las decisiones que afectan a la persona misma.
Frente a todo esto, el ser humano, la persona como tal, tiene indiscutiblemente que modificar toda su forma de ser, hasta de pensar, para poder sobrevivir.
Esta intervención me hizo reflexionar sobre lo que ya hemos comentado y que todos debemos saber para estar atentos, en el sentido de que la ciencia y la tecnología –y como consecuencia la economía– están olvidando al ser humano, le están rezagando, lo están sustituyendo por objetos y aparatos, y en consecuencia es a la humanidad a la que se está perjudicando.
Son temas que afectan a los hogares, al gobierno, a las instituciones, todo está apresuradamente cambiando. Las fábricas, la producción ya no va a necesitar seres humanos; los gobiernos tendrán que adecuar sus políticas públicas.
Los fenómenos de comercialización internacionales y nacionales se sujetarán a nuevos esquemas. Aumentarán los desempleos con todas las malas consecuencias sociales.
Sabemos reconocer que no es fácil decir que se está a favor del ser humano o de la economía, porque de una forma u otra son circunstancias que se vinculan.
Tal vez en una plena y clara objetividad debemos de estar a favor del ser humano. Ya decía el filósofo ateniense Pitágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas”. Así recordamos al Premio Nobel, Bertrand Russell, quien habló de “El peligro del hombre” y cuando señalaba que en la guerra había que tomar partido agregaba “…
Pero yo ahora les pido, si pueden, que dejen a un lado su sentimiento por un momento, y se consideren simplemente como miembros biológicos de una especie que ha tenido gran influencia en la industria y cuya desaparición nadie desea”.
Afirmamos que el ser humano tiene, por sí solo, un sentido de universalidad. Todos los filósofos dicen que la vida humana está repleta de cosas sobre las cuales nos preguntamos cuál es su origen, esta reflexión que busca respuestas que conduzcan finalmente a la felicidad del ser humano.
Las preguntas no se hacen para encontrar respuestas de un diccionario, sino para aclarar el verdadero alcance y las explicaciones prácticas de un concepto importante de suyo para la civilización.
LA CIVILIZACIÓN ES SER HUMANO NO ECONOMÍA, NO NEGOCIO
Por otro lado, siguiendo a muchos autores como los clásicos Adam Smith, John M. Keynes, hay que partir desde lo más elemental: que en todo tipo de economía se necesita del capital, de la tierra, del obrero, del organizador y este tipo de circunstancias se tiene que ver con frialdad, pues todos estos elementos son necesarios para el desarrollo de la sociedad. Todo esto es lo que nos hace afirmar que el tema hombre-economía no es fácil.
Cómo ir resolviendo este tema para que el hombre no se perjudique en sí mismo y en su dignidad, pues de una sola forma, que es la de estudiar y prepararse para el mundo conflictivo, progresista antihumano que le toca vivir.
Es cierto que el hombre es una cosa sagrada (Séneca), que el mayor de todos los misterios es el hombre.
También para estos nuevos tiempos tenemos que ver al ser humano en su realidad terrenal. En esta realidad que afectará a la humanidad, veremos que la estructura biónica de la sociedad, la llamada división de clases sociales se transformará, pero creo que en esa transformación va a imperar la economía, no el hombre.
Sólo hay que tener sentido común para entender la transformación que se avecina, y en donde nuestra mente debe estar preparada para entender y quedar incluido dentro de esos cambios para poder sobrevivir.
Veamos la evolución de la humanidad en la época nómada (cazadores), la época sedentaria (agrícolas), la época industrial (maquinaria) patrón obrero, la época del futuro (esclavitud) inteligencia artificial, en todas ellas ha sido y será preponderado el atender a la economía. Eso no es nada promisorio para el ser humano y mucho menos para la humanidad como tal.
Esto generará, es posible, lo que decía Samuel P. Huntington “el choque de las civilizaciones”, que por razón económica es el peor peligro para la paz mundial.
Para saber lo que nos pasa y reconocer nuestra propia responsabilidad, y no echemos culpas a otros, este coronavirus nos va a dejar fuertes fluctuaciones monetarias, posibles mayores relaciones comerciales con Estados Unidos dados los conflictos internacionales de los que somos ajenos. Habrá conflictos de migración, pero también se aplicará el nuevo tratado comercial que ayudará a la economía del país, seguirán problemas de narcotráfico y violencia. Eso y más positivo y negativo requiere nuestra voluntad para trabajar en estos nuevos retos. Son retos de transformación. Pensar positivo será muy saludable en el nuevo tiempo que se avecina complejo y retador.
Tenemos que luchar para que el ser humano sea la esencia de todas las cosas y que viva en libertad con dignidad, con ética y Justicia.
Estudiar, estudiar y estudiar es la principal meta y podamos así comprender qué está pasando, a dónde vamos, y qué va a seguir pasando, es nuestra responsabilidad individual para no echar la culpa a otros, de lo que nosotros debemos hacer. No son problemas de usted, son problemas de todos nosotros.
Por eso el título de este artículo: “¿Qué no sabemos lo que nos pasa? Eso es lo que nos pasa”
(Ortega y Gasset, filósofo español).