Por: Hugo Arquímedes González Pacheco M. / [email protected]
Desde mi escritorio
Desde la década de los 90, cuando el auge por lograr la tan anhelada y prometida “calidad” educativa estaba en todo su esplendor –dado el proceso “modernizador” que, supuestamente, había impulsado Miguel de la Madrid Hurtado en el país–, durante el gobierno salinista y los de priístas y panistas, todo ha sido un fracaso.
Junto con el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), en manos de Elba Esther Gordillo, vendieron la idea al magisterio mexicano de que, a través de un estímulo o incentivo que se vería reflejado en su salario, se conseguiría este propósito, pero, además, se estaría dando un paso importante en la revalorización del magisterio, hecho que quedó plasmado en el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación Básica (ANMEB).
Nació así el Programa de Carrera Magisterial (PCM), cuyos propósitos consistían en estimular la calidad de la educación y establecer un medio claro de mejoramiento profesional, material y de la condición social del maestro por lo que, de esta forma, se estableció un mecanismo de promoción horizontal para el personal docente frente a grupo que enseñara en educación básica, con la intención de que esos profesores pudieran acceder, si es que así lo decidían, dentro de la misma función, a niveles salariales superiores con base en su preparación académica, la atención a los cursos de actualización, su desempeño profesional y la antigüedad en el servicio, así como en los niveles de la propia carrera magisterial.
Se beneficiaron todos los comisionados del sindicato y sin hacer exámenes, corrupción que se dio en el INEE y ahora continúa en la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (Usicamm).
En 2019, el gobierno de López Obrador y el Congreso federal expidieron la Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros y con esta se presumen grandes cambios. No se ve avance educativo ni con el proceso de selección para admisión, promoción y reconocimiento del personal que ejerza la función docente, directiva o de supervisión.
El Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros es un instrumento del Estado mexicano para que el personal acceda a la carrera pública de una manera justa y equitativa a través del reconocimiento de sus méritos y con el objetivo de lograr la excelencia en la educación, que nunca ha existido en nuestro país de ensueños educativos y falsas promesas.
A través de este sistema se realizan los Concursos de Carrera para las Maestras y los Maestros. El Sistema concibe a las maestras y los maestros como actores de transformación social, que contribuyen al desarrollo integral de niñas, niños, adolescentes y jóvenes, por lo cual establece una serie de requisitos y directrices para garantizar la calidad del personal.
Por lo que respecta a la tabla de elementos multifactoriales que considera la promoción horizontal en este programa, se contempla:
- a) antigüedad, b) reconocimiento al buen desempeño, c) grado académico, d) desarrollo profesional, e) instrumento de valoración de conocimientos y aptitudes, f) autoevaluación y exposición de la práctica educativa, consistente en un instrumento de valoración de recursos personales y práctica educativa así como una entrevista por el colectivo docente.
La suma de la valoración al docente participante da un total de 330 puntos. Destaca que el elemento denominado instrumento de valoración de conocimientos y aptitudes reciba 120 puntos y la autoevaluación y exposición de la práctica educativa consistente en un instrumento de valoración de recursos personales, 80 puntos.
Dato curioso porque, si usted lee con detenimiento el documento que he referido, el primer rubro corresponde prácticamente a un examen de opción múltiple, el segundo, a la elaboración de un proyecto de enseñanza, mismos que fueron aplicados durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. Claro, hay diferencias mínimas, pero su esencia se mantiene.
A fin de mejorar los procesos administrativos y de capacitación en favor de los maestros, la secretaria de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, designó a Adela Piña Bernal, la expresidenta de la Comisión de Educación en la Cámara de Diputados, como nueva titular de la Usicamm, en sustitución de Francisco Cartas Cabrera. ¿Por qué lo quitaron?, ¿era el que filtraba los reactivos de la evaluación?, ¿promovía a sus amigos y a los del sindicato?, ¿existia corrupción de muchas ganancias por su venta?
El gobierno de la 4T lo oculta; eso es mentira de los llamados adversarios. La titular de la Secretaría de Educación Pública afirmó que con este cambio los educadores recibirán un mejor trato de parte de la autoridad educativa, generarándose condiciones más favorables para ejercer su labor frente a grupo. ¡Qué buen trato, donde se les señaló de tramposos y copiones!
Según el artículo 26 de la mencionada Ley, la Usicamm no debe ser un órgano administrativo concentrado con su autonomía de corrupción técnica, operativa y en su gestión. Esta entidad se encarga de liderar el sistema del mismo nombre estando adscrita a la Secretaría de Educación Pública del gobierno federal.
Esta será una entidad más de corrupción con la que tendrán que estar muy familiarizados los docentes, pues tiene como objetivo aprobar las políticas, normas y programas del sistema, respecto de los procesos de selección para la admisión, la promoción y el reconocimiento.
La Usicamm miente al decir que vigila que el concurso opere bajo los principios de legalidad, certeza, imparcialidad, objetividad y transparencia en sus distintas modalidades; los docentes se han visto afectados nuevamente y se han manifestado en redes sociales.
En el proceso legislativo para aprobar el Acuerdo Educativo Nacional, impulsado por el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, la exlegisladora contribuyó de manera decisiva en el reconocimiento social que hoy regresa a la función docente.
La profesora Adela Piña Bernal solo tiene licenciatura en Educación y para la promoción en preparación profesional no cuenta. Cómo es posible que la exdiputada esté en ese cargo que requiere de mejor perfil académico en la educación, no en la política corrompida del país. Los maestros más calificados de México son despreciados, ofendiéndolos por ser intelectuales de la educación; por ese hecho académico son considerados adversarios.
Expuesto todo lo anterior resta mencionar que, una vez más, estamos ante un gobierno y una SEP que, en términos concretos, no sabe qué hacer para cumplir con sus respectivas funciones. Por un lado, el discurso pomposo, que señala que todo ha cambiado y que ha comenzado una transformación del país, se derrumba en los hechos; y se observa una continuidad entre gobiernos que poco o nada beneficia al magisterio.
Si en verdad se pretende lanzar un programa que motive al profesorado a participar para su mejora profesional y económica, debería de iniciarse con un esquema de formación continua que realmente fortalezca el quehacer docente.
En todo caso, no estaría nada mal revisar los factores de evaluación o elementos multifactoriales para ajustarlos a la realidad que se vive en el terreno docente. No es posible que, al igual que en el sexenio anterior, un examen de opción múltiple esté mejor ponderado que el desarrollo profesional o los grados académicos; pero bueno, esa es otra historia. Lo que sí tengo claro es que, en la SEP, el fantasma corrupto de Aurelio Nuño sigue presente.
¿Usted qué opina?