Por: Cinthya Moreda González Ortega/ [email protected]
Profesora de tiempo completo del Departamento de Finanzas
y Contaduría de la UDLAP
En mi primer trabajo –recién graduada– a pesar de que conductas impropias estaban fuertemente monitoreadas, la escala de sueldos era diferente entre hombres y mujeres. Obviamente la escala para mujeres era un porcentaje menor aun cuando tuvieran mejores credenciales que los hombres desempeñando puestos similares.
Con los años cambié a un trabajo donde existía acoso por parte del director general; si alguna mujer no entraba en su juego, tenía que resignarse a sufrir alguna especie de marginación laboral siendo una cuestión entendida y generalizada (algunos compañeros secundaban las acciones del dirigente); incluso algunos colaboradores ignoraban requerimientos si provenían de alguna mujer.
Así, muchas mujeres podemos contar historias sobre cómo hemos tenido que aceptar (como parte de nuestra vida) muchos tipos de prácticas que pueden frustrarnos pero que debemos aceptar y continuar nuestras vidas; a menudo teniendo la capacidad y la disponibilidad, tenemos que renunciar y buscar mejores condiciones.
Sallie Krawchek es CEO y cofundadora de Ellevest y uno de los nombres femeninos más grandes de Wall Street.
Ellevest es una plataforma digital para mujeres que permite definir una estrategia de inversión basada en objetivos como el ahorro para el hogar o para tu negocio, retiro, un viaje o la educación de tus hijos.
Además, da recomendaciones acerca de cuánto invertir cada mes y cuánto tiempo tomará alcanzar la meta establecida. Krawchek, en su artículo “The cost of devaluating women”, nos relata cómo fue víctima en varias ocasiones de conductas indebidas a lo largo de su carrera.
Además plantea que, a pesar de que está entendido que Wall Street trabaja bajo «meritocracia», en realidad hombres en su mayoría se encuentran dirigiendo el mercado, a pesar de que investigaciones revelan que las empresas con mayor diversidad (específicamente mujeres) muestran mejores retornos de capital, más innovación y menor riesgo.
En un grupo homogéneo, los participantes tienden a confiar demasiado entre sí y pueden potencialmente fijar precios erróneos en las acciones.
First Round Capital reporta que las inversiones en compañías que tienen a la cabeza una mujer como fundadora muestran en 63% mejores rendimientos que las que tienen hombres dirigiendo.
Otros estudios demuestran que las mujeres son más pacientes, realistas, prudentes y consideran la inversión a largo plazo.
Los hombres tienden a verlo más como juego a corto plazo de rendimientos inmediatos a pesar del riesgo. Entonces ¿qué pasaría si las mujeres en el mundo dijéramos un #IndefinidamenteSinNosotras, tanto en las inversiones de compañías donde no toman en cuenta la riqueza de la diversidad para el mejor desempeño de nuestras inversiones, como en las compañías que tengan reportes de actitudes misóginas? Quizá entonces más compañías pudieran ser más incluyentes cuando elijan a sus directores financieros.