Dr. Anselmo Salvador Chávez Capó / Catedrático Investigador de la UPAEP
Los jóvenes en la actualidad se enfrentan a una coyuntura que no se presentaba en anteriores generaciones: la manera en que deberán contar con recursos económicos una vez que concluya su vida económicamente activa.
Anteriormente, el trabajador se jubilaba con una pensión cierta que era respaldada por el Estado Mexicano; sin embargo, a partir de 1997 entró en vigor la nueva Ley del Seguro Social que cambia el sistema pensionario del IMSS al basarla en cuentas individuales administradas por instituciones financieras privadas y una del Estado, que son las Afores.
En este Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), diseñado para fomentar el ahorro de los mexicanos, el trabajador lleva las riendas de su ahorro.
La cuenta individual de ahorro para el retiro es administrada por una Administradora de Fondos para el Retiro (Afore), por lo que también se le conoce como Cuenta Afore.
Es única, personal, da a ganar rendimientos superiores a prácticamente los de cualquier otro instrumento de ahorro disponible para los trabajadores y es heredable, pues constituye un importante patrimonio de cada trabajador.
A partir de 2020 se realizó una reforma cuyas principales modificaciones se dieron a la Ley del Seguro Social y la Ley de los Sistemas de Ahorro (LSAR) para el Retiro, destacando el incremento gradual de las aportaciones realizadas por los patrones, el fortalecimiento de la pensión garantizada, la disminución de las semanas cotizadas y la baja de las comisiones que cobrarán las Afores para ayudar a mejorar los saldos de las cuentas individuales y aumentar las pensiones.
El nuevo sistema de pensiones incluye a diversas generaciones que se han ido desarrollando a partir del 2018, con características completamente distintas y que tienen diversos enfoques, gustos, preferencias y maneras de enfrentar la vida, debido a los cambios sociales, culturales y tecnológicos que se han presentado recientemente.
Asimismo, cada generación tiene su manera de identificarse con su futuro económico y su responsabilidad con respecto en este tema.
A continuación se detallan por años, nombre y características, cada una de esas categorías, así como las alternativas de preparación para su vejez.
Niños de la Posguerra (1930-1948)
Son supervivientes de una época en la que pasaron situaciones límite, con escasez a consecuencia de la Segunda Guerra Mundial y sin contacto con las nuevas tecnologías.
Observan con extrañeza los cambios que se están presentando en la sociedad. Están en situación de jubilación, algunos aún viven las consecuencias de sus decisiones con respecto a su futuro económico.
Baby Boomer (1949-1968)
Ahora tienen entre 56 y 76 años y les cuesta “un poco” adaptarse a las nuevas tecnologías.
Extrañan el pasado, tiempo en el cual las cosas eran distintas: los niños jugaban en las calles, ligados a la televisión como medio de comunicación y divertimiento; evidentemente, las redes sociales no existían.
De estos, 86.02% se encuentra preocupado, identificándose como responsable del ahorro para su retiro.
Generación X (1969-1980)
Tomaron la libertad como bandera y experimentaron con todo lo posible. Hicieron suyo el “vive y deja vivir”, pero sin olvidar la prioridad: trabajar principalmente en sus intereses particulares, buscando el éxito como el santo grial.
Se puede decir que realmente es una generación obsesionada por conseguir un buen lugar en su trabajo.
Vivieron grandes avances tecnológicos y comenzaron a “coquetear” con los primeros videojuegos y ordenadores. Para ellos el futuro estaba a punto de llegar y ellos se sentían protagonistas de este cambio.
En este caso, 69.84% se encuentra preocupado, identificándose como responsable del ahorro para su retiro.
Millenials (1981-1993)
También conocidos como la “Generación nini”. De pronto los grandes avances crearon un desconcierto, cierto caos.
Una de las características es que sus padres (los “Baby Boomers”) querían dar a sus hijos todo lo que no pudieron disfrutar ellos.
Por eso les concedieron todo.
¿Cuál fue el problema?
Como lo describe el meme, pensaron que la vida era más sencilla… hasta que se enfrentaron a ella.
Y les tocó vivir un momento muy difícil: la gran crisis económica de finales del siglo XX.
De esta categoría, 65.25% se encuentra preocupado, identificándose como responsable del ahorro para su retiro
Generación Z (1994-2010)
Son los llamados “Centennials”.
Son los primeros nativos del siglo XXI; sin duda, los más irreverentes.
Son apasionados de las redes sociales.
Devoran toda la información que les llega de forma digital.
En la actualidad tienen entre 12 y 26 años (entre 10 y 24 años, según la OCDE), así que la inmensa mayoría son adolescentes o acaban de lanzarse al mundo laboral.
De estos, 62.08% se encuentra preocupado, identificándose como responsable del ahorro para su retiro.
Son, asimismo, los más preocupados para realizar aportaciones voluntarias (más de 60% así lo hace).
Los Alfa (2011…)
Los más “peques” de las generaciones (de momento). Tienen entre 0 y 11 años.
Son hiperactivos, desbordados de estímulos externos.
Son capaces, eso sí, de jugar mientras ven vídeos en YouTube y meriendan. Responden por redes sociales o Whatsapp algún mensaje y hacen los deberes.
Son niños “muy maduros” para su edad, tal vez porque consumen contenidos a los que otras generaciones no pudieron acceder tan pronto.
Y no olvidemos su plus añadido: son los niños “de la COVID-19”.
Han crecido apartados, respetando unas normas de aislamiento que a buen seguro les marcarán cuando crezcan.
Aún no están preocupados por su retiro. Evidentemente es la generación con la que hay que trabajar, ya que son la base de la pirámide y en quienes se van a respaldar los fondos de pensiones al futuro.
En el tema de las pensiones actualmente todos tenemos incertidumbre, para lo cual se puede analizar el caso de Francia, que modificó su edad de jubilación (de 62 a 64 años).
Imagina que años antes de tu retiro cambian la edad.
Son factores que no dependen de cada uno de nosotros, pero que a través un esquema para el retiro permitirán tomar acción en esta tan importante decisión.
Por todo eso, es evidente que hay un sentir generalizado de que el retiro es una responsabilidad personal, cosa que no pasaba con otras generaciones.