Por: Jorge Luis Hernández/ [email protected]
Ni más ni menos
EMPIEZO CON
Lo que hay detrás del ansiado título de los rojinegros del Atlas que, más allá de romper una sequía de 70 años, se rompió con la tradición de que sólo los equipos con nóminas muy caras pueden aspirar al campeonato en la Liga MX, pues los Zorros no son, ni cerca, uno de los planteles de más valor en nuestro balompié.
La iniciativa que el presidente ejecutivo de la Liga MX, Mikel Arriola, nos platicó hace poco más de un año respecto a volver el certamen más atractivo, está rindiendo frutos, pues el efecto dominó de modificar el sistema de competencia, regresando el repechaje, por ejemplo, ha dado como resultado que los equipos de menor presupuesto puedan competirle en dicha instancia o en Liguilla a los que más tienen y que, por supuesto, esa sea una constante para que no siempre campeonen o lleguen a las finales los mismos.
De 2011 a la fecha, sólo Tijuana y Atlas han levantado el título en la Liga MX, el resto de los campeones han sido aquello clubes que s encuentran en el top 10 de nóminas más caras del futbol mexicano. Tigres tiene cinco títulos de Liga, América tres, León tres, Santos tres y Chivas, Cruz Azul, Monterrey y Pachuca con uno cada uno; en tanto que los equipo que llegan a las semifinales y finales seguían siendo, en su mayoría, los antes mencionados, todos, dentro del ranking de mejores nóminas de la Liga MX.
En resumen, la Liga se había ‘compactado’ en las finales a los mismos de siempre, situación que comenzaba a provocar bajos ratings para las televisoras, pobres entradas para los clubes y falta de interés de algunos patrocinadores que años anteriores, eran pieza clava la Liga MX.
Por eso es que llegó el repechaje, para dar posibilidad que los seguidores de los equipos de menor presupuesto pudieran ver a su club en una instancia de final, entrando de 11 ó 12 en la tabla, pero una instancia final al fin y, como efecto dominó, los equipos de arriba podían quedar eliminados de la Liguilla, a manos de un equipo más modesto y, por ende, el torneo se convirtiera más atractivo para todos.
Atlas, al ser campeón, les mostró a los equipos de menor presupuesto que es posible ganarles a los “ricos” de la Liga; el Puebla de Larcamón es otro ejemplo de lo que se puede hacer con un bajo presupuesto y un acertado trabajo y elección de entrenador, Pumas quienes se metieron a la liguilla como 11 de la tabla, eliminando al América y casi al Atlas, sí, una liga atractiva y rentable, quizá no tan buena como espectáculo en fase regular pero muy llamativa en las finales.
Por supuesto que el plan de la Liga es perfectible, pues si bien la Liguilla recién concluida fue mejor en cuanto rating para las televisoras, el pobre novel mostrado a lo largo de la campaña, atenta de igual forma contra el interés del público, por lo que ahora deberán hacer las modificaciones necesarias para que las 17 fechas de fase regular den un por qué al aficionado, para seguir la Liga MX, labor nada sencilla. Al tiempo.
SIGO CON
Red Bull Racing no se equivocó, eligió de forma atinada al coequipero del piloto neerlandés Max Verstappen para ganar el campeonato de la Fórmula 1 en este 2021, sí, ese piloto nació en México, en Jalisco para ser exactos y su nombre es Sergio Pérez, Checo.
Los principales tabloides de automovilismo especializados en la F1 lo han destacado en más de una ocasión, lo que el mexicano hizo en pro de su equipo y compañero no tiene igual, sin lugar a dudas, Checo se ha recategorizado como piloto de la Fórmula 1, pues no sólo le dejó claro a Lewis Hamilton quien es él, sino al mundo entero.
En Países Bajos los llaman Batman y Robin, en lancero y el escudero; el reto en adelante para Pérez es dejar de ser Robin y el escudero, para forjar su propia leyenda, porque sin lugar a dudas ha demostrado que tiene con qué, pero quizá, Checho deberá darse cuenta en su porvenir, para qué está, para cuánto más le alcanza, eso, solo lo podrá decir el mismo jalisciense en sus próximas carreras.
Sin lugar a dudas, el mexicano ha corrido su mejor temporada en el máximo circuito del automovilismo, en esta ocasión, con más triunfos que fracasos, pero son de los últimos de los que deberá sacar mayor aprendizaje, pues –insisto– para Checo ya no puede, ni debe haber más fondos y posiciones bajas, es ahora o nunca, lo sabe Sergio; llegó el momento de demostrar si Pérez es un piloto que ha tocado ya el cielo o si apenas está calentado motores, para manejar hacía la gloria.
TERMINO CON
Un equipo llamado Puebla, que volvió a enamorar a sus aficionados y a más de un “ajeno”, por su última Liguilla.
El Puebla es un traje que le viene a la medida a un sastre llamado Nicolás Larcamón, quien pese a perder jugadores –que se han ido muy bien vendidos a otros equipos–, ha sabido sacar lo mejor de su material humano, no sólo con base en garra y pundonor, sino además con buen futbol y una propuesta atractiva para el aficionado, pues el Puebla de Larcamón sabe cómo y cuándo atacar y, de la misma forma, recular, todo dependiendo la lectura del llamado “mago”.
Para el torneo venidero, el estratega argentino ha sido muy claro con su directiva: “por favor, no más desmantelamientos”. Ellos están más que a gusto con lo hecho por Larcamón, quien no sólo los metió a dos fases finales consecutivas, sino además “vendió” activos del club por muy buena “plata”, los alejó de pagar las multas del tema de cocientes y, además, ha empezado un romance con la afición, esa afición acostumbrada largamente a sufrir y a las decepciones.
Ahora falta que le cumplan y le traigan a los tres –dos al menos– futbolistas que ha solicitado expresamente. El técnico fue claro con sus dirigentes: “¿quieren que este equipo siga compitiendo? No me desarmen al equipo y necesito sí o sí a los refuerzos”, pues se sabe que el plan del técnico pampero es quedarse al menos un año más con La Franja, ha dado su palabra, pasando dicho tiempo –también le han prometido– buscará otros aires en el futbol mexicano, pues sí, Grupo Pachuca preguntó por él y sí, clubes de la frontera también, información que un servidor corroboró, no son chismes, al profe lo que quiera, porque “escuelas” que se lo quieren llevar hay y son más de dos.