Notas para una defensa de emergencia
Silvino Vergara Nava
Las últimas noticias en la economía nacional sostienen como nota principal el sorprendente valor del peso ante el dólar, por lo cual se le ha denominado como: “súper peso”, sin embargo, no se han mencionado detenidamente cuáles son las ventajas de contar con el valor de la moneda mexicana en las condiciones en que se encuentra actualmente, y a muchos los deja con la incógnita de saber cuál es esa ventaja.
Hay otras noticias que en muy pocas ocasiones se publican, que hacen mención de la parte gris de contar con el “súper peso”, y esto se debe a que, por décadas, nos hemos acostumbrado en México a grandes devaluaciones y a problemas con el ínfimo valor del peso, lo que ha ocasionado que la economía del país se amoldara a las condiciones de soportar y convivir con ese valor del peso ante, particularmente, el dólar.
Atendiendo a esa costumbre y que la economía del país se amoldó a esos valores insignificantes del peso, es que se tuvo que considerar que, hoy con el valor con que cuenta el peso, hay muchos sectores que se ven afectados con ello, particularmente, la industria de la maquila y los mexicanos residentes en territorio nacional que viven o requieren para su subsistencia de los envíos de dinero del exterior.
En el caso de las maquiladoras que se extendieron por todo el territorio nacional, particularmente a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte que inició su vigencia en 1994, modificó la economía de la nación, eso nadie lo puede refutar, la industria mexicana se volvió de la noche a la mañana en maquiladora.
De esta manera se acabaron las fábricas con marca propia nacional y éstas se convirtieron, en el mejor de los casos, en maquiladoras de la industrial global, por ende se propagaron por casi todas las regiones del país.
Estas han contado con masas de trabajadores dedicados a confeccionar ropa, calzado o equipo electrónico, entre otros, y así, durante muchos años, propiamente desde esa década de los noventa la industria ha vivido de la maquila, con sus riesgos latentes, como el que hoy está viviendo con el valor del peso ante el dólar.
Lo cierto es que esta industria mantuvo el trabajo de miles de personas en todo el territorio nacional, si bien no con los mejores salarios ni en las mejores condiciones, por lo menos había un puesto que ofrecer, al grado de que en muchas regiones del país hubo disputa por parte de los maquiladores para contratar empleados.
Es una realidad que hubo poblaciones en donde ya no había personas que contratar, no obstante que resultaba necesario aumentar las capacidades de las plantas de producción.
Desde luego que la industria maquiladora tenía muchos riesgos, uno de ellos es que se vivía dependiendo de un par o de tres clientes, muchas de estas plantas, incluso, solamente contaban con una firma para confeccionar sus artículos, lo cual era un riesgo muy alto porque era ésta la que tomaba la decisión de contratar a otra empresa para abaratar sus costos y mejorar a veces, la calidad de sus productos.
A este fenómeno de contar con un solo cliente es a lo que se le denomina como: “monopsonio”, es decir, tener un sólo comprador, que es como convivió la industria maquiladora y subsistió por muchos años, con ese riesgo que representaba a diario perder al único contratante.
El otro peligro con que contaba la industria maquiladora, independientemente de no contar con el número adecuado de personal, era que no llegara a tiempo la mercancía para maquilar, o bien, que esa mercancía transitando por las carreteras nacionales fuera víctima de los asaltos que se presentan regularmente, y las pésimas condiciones de muchas de las vías de comunicación que hay en el territorio nacional.
Pero no puede olvidarse que un riesgo más sobre esta industria es el valor del peso ante el dólar, ya que para este sector tan grande de la economía, entre más bajo sea el valor del peso, más pedidos hay del exterior para maquilar.
En cambio, si el valor del peso es muy alto para los clientes extranjeros, pues buscan otras fronteras, otras alternativas para poder maquilar sus productos, al grado de que se quede la industria en sus propias naciones. Precisamente, de esas noticias que no aparecen en los medios de comunicación está el conocer el estatus actual de miles de maquiladoras, que no cuentan con pedidos, con trabajo, que están en la disyuntiva de mantener a los trabajadores esperando mejores tiempos.
Esto repercute en pagar salarios sin laborar, en otro caso se ha disminuido la jornada laboral y con ello se reduce el monto de los salarios, o bien, el despido de personal que en muchas de las ocasione es altamente capacitado en el manejo de alguna máquina y que, tras cesarlos de sus labores, después ya no se podría contar con ellos.
Así esta parte de la economía del país, que se ha olvidado en los medios, el otro sector que corre esos estragos son los millones de mexicanos cuya su subsistencia son las remesas, que es una situación aun más complicada, pero que tienen menos voz que la industria maquiladora, además de que en muchos casos son callados por los apoyos gubernamentales.