Adolfo Flores Fragoso / [email protected]
José Donoso, después de entrevistar a Borges, hizo una sabia reflexión en la que asegura que tanto el cuento como la crónica no son únicamente “inspiraciones literarias e históricas” sino también experiencias de vida.
Aunque nuestro instrumento, al final de hacer las cuentas, “es escribir con las letras y palabras de nuestro idioma, a partir de otros” (y de la vida de otros –pienso yo–), como concluye el novelista chileno.
Su comentario parte de otro expresado por Borges: “El español adquiere verdadera belleza sólo cuando imita a otros idiomas; Garcilaso imitando el italiano, Fray Luis de León imitando el latín, Rubén Darío imitando el francés…”.
Pensar en otros, y en otro idioma, a partir de otros.
Para crear una crónica.
Y hasta un cuento.
Real.
…
En 1893, el sacerdote salesiano Camilo Ortúzar, publica su Diccionario Manual de Locuciones Viciosas y de Correcciones del Lenguaje.
“¿Quién va á?” (así, con acento en la a), escribió en el prólogo del libro, justificando que la tilde en la á, alude a la veracidad de que alguien ha viajado “á…”.
Exquisito sería escribir, en este instante que lees este artículo, que puedes hacer una historia de tu vida cuando estás viajando á la Madrid, á la Atenas, o á La City (conocida por los turistas como la Nueva York).
Para crear una crónica.
Literaria.
Histórica.
De vida.
…
¿Por qué las insípidas líneas anteriores?
Toquemos tierra: viene tiempo electoral.
Tiempo de apologías y crónicas sin letras, sin historia, sin vida.
Tiempo de imagen, sin una “á” que nos conduzca a otra “á”.
Tiempo en destiempo, donde la crónica será personalizada personalmente en un personaje (político).
No en todos los casos, pero…
En este tiempo, todos recomiendan leer el mejor o el libro pendiente.
Prefiero escribir, mejor.
Mi crónica con los vivos.
Mi crónica con los muertos.
La cotidiana crónica con mi Dulcinea.
La crónica del fracaso propio, y ajeno.
La crónica que también puede ser oral.
Hoy también visual y callada.
Escribir mi propia crónica, bañado por las cenizas de un volcán (como en este momento), a golpe de teclados que conducen á Nada.
Mi crónica por escrito. De vida.
Y tu crónica.