Palabra de mujer
Rocío García Olmedo / @rgolmedo / [email protected] / [email protected]
Cumpliendo con su compromiso de campaña, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, convocó la semana pasada a una cumbre mundial sobre el cambio climático. Reunió a 40 líderes de los países responsables del 80% de las emisiones globales –México incluido–, para enfrentar con acciones conjuntas el desafío que debe ocupar a toda la humanidad: la crisis climática.
Reducir emisiones de gases de efecto invernadero es una de las metas.
Y lo que llamaron “soluciones naturales”, como cancelar inversiones a combustibles fósiles, refinerías de petróleo y termoeléctricas de carbón y combustóleo para ser reorientadas hacia la transición energética.
Restaurar a gran escala bosques, selvas y humedades para recuperar la biodiversidad. Diseñar planes de rescate económico post pandemia destinados a energías limpias y restauración de ecosistemas para generar empleos y crecimiento económico.
Acciones todas en las que pareciera que México va en sentido contrario.
Si el COVID-19 en el mundo ha modificado la estructura de vida en poco más de un año, los desastres naturales propiciados por las decisiones humanas han hecho lo propio con el medio ambiente.
Tan sólo en México estamos llegando a 250 mil fallecidos en cifra oficial, tanto como conocemos el nivel de deterioro del medio ambiente.
Por eso fue alentador escuchar la voz de las nuevas generaciones.
Xiye Bastida, joven otomí que ocupó la tribuna de la cumbre de forma responsable, hizo un análisis preciso sobre el deterioro del medio ambiente, y señaló con claridad que la era de las energías fósiles ha terminado, exigiendo detener inversiones en combustibles fósiles y que los países aumenten sus compromisos.
Es alentador escuchar estas voces, que contrastan con la retórica usada por el presidente López Obrador en esta cumbre, quien propuso el uso de combustibles fósiles y presentó un programa de subsidios de su gobierno denominado Sembrando Vida, que no ha tenido los resultados planeados.
Ojala que pronto se deje atrás esa retórica, que en voz del presidente pareciera de todos los mexicanos, y no es así. Como la voz de Xiye Bastida hay en México muchas que respaldan su mensaje.
Ver para creer. Una joven asumió la enorme responsabilidad que representa participar en un foro mundial de tanta trascendencia, entendiendo que esos cambios en el medio ambiente también inciden en la estructura de nuestras vidas, porque sus consecuencias pueden ser devastadoras.“Justicia climática es justicia social”.