Por: Iván Mercado/ @ivanmercadonews
Por primera vez en casi cuatro meses, un médico con cargo de secretario de Salud en el estado de Puebla decidió dejar de lado las formas políticas para hablar con absoluta claridad sobre el grado de riesgo que significan la pandemia del coronavirus y la indiferencia social, enfático me declaró: “Como sociedad no estamos haciendo bien las cosas y el mismo relajamiento social ante el alto grado de contagios, nos están matando…”
Los números de la pandemia en México ya son un tema que deja atrás la polémica de la torpeza con la que fue manejada la enfermedad desde las instancias federales o la irresponsabilidad con la que autoridades desestimaron la peligrosidad de una contingencia para la que nadie estaba preparado en este país ni en el mundo.
Este fin de semana lo cruzamos ya con más de 2 mil 13 casos confirmados positivos de COVID‐19 y más de 26 mil muertes. Son las cifras oficiales, que a estas alturas, carecen de credibilidad dados los actuales escenarios que enfrentamos los mexicanos antes de siquiera, iniciar la desaceleración de una “curva” que, hasta ahora, sólo existe en la imaginación del errático vocero del gobierno federal.
El Instituto de Métricas y Evaluación de Salud de la Universidad de Washington lanzó el pasado miércoles 24 de junio una proyección muy poco alentadora para México: se registrarán más de 49 mil muertes para la primer semana de agosto y entre 88 mil y hasta 120 mil víctimas fatales para el 1 de octubre.
El pasado jueves 25, el doctor José Antonio Martínez, secretario de Salud del Gobierno del Estado de Puebla, me concedió una entrevista radiofónica en la que dada la velocidad y fuerza de contagios que ha adquirido la pandemia en la entidad, optó por dejar a un lado los exhortos para dar paso a la realidad de los graves escenarios que nos esperan.
Aquí, parte de la reveladora entrevista realizada en el noticiario de radio “Informativo 102” de Marconi Comunicaciones. —Doctor, los exhortos ya no nos están alcanzando en Puebla —Así es, muy preocupados por la actual situación que estamos viviendo en Puebla.
Lo más preocupante son la cantidad de positivos que estamos teniendo y el índice de positividad, me refiero al universo de pruebas que procesamos por día y tenemos 70% de positividad. Esto quiere decir que de cada 100 muestras que estamos tomando de forma aleatoria entre la población, 70 ciudadanos están saliendo positivos y esta situación nos va a llevar a un colapso hospitalario.
Considero que en ninguna parte del mundo hay un sistema hospitalario tan robusto para atender a tanta gente que inevitablemente requiera de atención médica por este virus. Esto indica que como sociedad no estamos haciendo las cosas como se debe y el mismo relajamiento social. Lo voy a decir fuerte, nos está matando.
—Esto va en un ascenso sin control. Los llamados a la conciencia, los exhortos no nos están alcanzando. ¿Qué nos está fallando a los ciudadnos de Puebla y a los mexicanos?
—Esto ya está en nuestra cancha, lamentablemente, esta es una enfermedad de la que sabemos poco hasta el momento. Estamos haciendo estudios, pero no tiene cura, ni tratamiento y entonces hay que basarnos en la prevención y depende de lo que nosotros como sociedad hagamos para intentar romper la cadena de contagio.
Además hay otro problema grande: los trabajadores por la salud de los poblanos, somos trabajadores de riesgo. Para empezar, somos pocos a nivel estatal, nacional y mundial, pocas las personas verdaderamente capacitadas para poder atender a pacientes graves que requieran intubación.
A nosotros ya nos permeó también el virus, estamos en zonas de riesgo y nuestras doctoras, enfermeras, doctores, enfermeros, camilleros, administrativos, nos estamos enfermando. No, no somos héroes, somos humanos y nos enfermamos igual, por eso nos tenemos que ir a las casas a resguardarnos.
— ¿Les falta personal?
—Sí. De por sí teníamos un déficit a nivel nacional y mundial de médicos, pero los que estamos en la trinchera nos estamos enfermando también. Son incidencias y eso nos está pegando para la atención
— Sostengo que tenemos que comenzar a hablarle a la sociedad con la crudeza con la que están sucediendo las cosas, que el colapso de la infraestructura hospitalaria es inminente
—Así es, tenemos que hacer algo como sociedad. Médicamente estamos haciendo ampliaciones hospitalarias, buscando formas para equipar hasta los centros de salud para convertirlos en pequeños hospitales, pero aun así con esta tendencia, no vamos a poder atender como se debe a nuestros poblanos, a nuestros amigos a nuestros familiares enfermos.
Es lo lamentable y ahora queda en nosotros, en la prevención, es la única forma de intentar romper esta altísima cadena de contagio. Insisto, aunque salgan y digan que si la ivermectina, la hidroxicloroquina, la dexametasona sirven, no es cierto, sí han demostrado que ayudan a un grupo de personas (contagiadas), pero no son tratamientos para esta enfermedad.
— ¿Podemos hablar de alguna estimación de fallecimientos en Puebla?
—La concientización social es lo primero, ya está en nuestra cancha el poder mitigar el nivel de contagio de esta enfermedad, sobre las tendencias no sabemos si ya estamos llegando al pico más alto o no, pero sigue elevándose y esta realidad nos va a traer un colapso en corto tiempo de nuestro sistema de salud tanto público como privado.
— En ese momento, la gente infectada tendrá que curarse o morir en casa. Así de crudos
—Así de crudos. Hago un llamado a las poblanas y los poblanos, no podemos perder la batalla frente al covid. Hagamos un pacto comunitario por ti, por mi, por nuestras familias, hay que quedarse en casa y cumplir con todas las medidas de prevención, esa es nuestra única salida. …
Todo se ha combinado de manera fatal. La ignorancia y la soberbia con la que desde el inicio se tomó esta pandemia en nuestro país, las burlas hacia quienes padecían la enfermedad hace tres meses, las recetas para sobreponerse al coronavirus, las declaraciones irresponsables evocando a la “fuerza moral”, las gotitas, las estampitas, las recomendaciones con una fuerte carga política para salir y hacer frente a la “nueva normalidad”, todo esto que ha quedado consignado, sin duda influyó y desinformó a una sociedad incauta, confiada e impertinente.
Hoy, la pandemia se ha instalado en México con un grado de penetración y potenciales consecuencias que nadie se atreve a proyectar desde las instancias oficiales. El costo de tanta soberbia e irresponsabilidad social, política y gubernamental será lamentablemente muy alto y entonces, sólo entonces, unos se tratarán de justificarse señalando que la pandemia se salió de control por la irresponsabilidad de los mexicanos y los otros, voltearán a culpar a la clase gobernante por inepta y mentirosa. La verdad que es que, al final, como buenos mexicanos, todos buscarán no a quién lo hizo, sino, a quién lo pague y ese proceso, ya tiene fecha: el 2021.