Esta herramienta “no es ni justa ni democrática”, pues tiene dueño y responde a él, indicó especialista
Diana López Silva
“La inteligencia artificial no es justa ni es democrática, porque tiene un dueño y dependiendo de quién le alimente de datos es como va a responder” al utilizarse en el marco del proceso electoral en marcha en el país.
Entre los riesgos del uso de esta herramienta en las campañas electorales figura el que los partidos políticos utilicen modelos de lenguaje para manipular, influir o inducir a los votantes a comportarse de una manera específica.
Así lo alertó Eduardo Zubillaga Ortiz, secretario de Estudio y Cuenta Regional del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), durante la conferencia “Uso de la inteligencia artificial en la comunicación político-electoral”.
Agregó que la inteligencia artificial también se puede utilizar para presentar encuestas alteradas, falsas percepciones de triunfo o generar campañas sucias, señaló el especialista.
Durante la charla impartida en el Instituto Electoral del Estado (IEE) abundó que esta herramienta puede llegar a infundir en la gente cierta ideología y “justamente ese es el peligro”.
Otro problema de la inteligencia artificial aplicada en los procesos electorales es que no existe una medición objetiva sobre cómo impactará en el voto de los ciudadanos expuestos a campañas con esta herramienta.