Luis Echeverría Álvarez, presidente de México de 1970 a 1976, falleció la noche del viernes a los 100 años de edad, que cumplió el pasado 17 de enero.
El 14 de noviembre de 1969 fue elegido candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a la Presidencia de la República, triunfando en las elecciones de 1970.
El político actor clave en las matanzas del 2 de octubre de 1968 de Tlatelolco y del 10 de junio de 1971, hecho conocido como “Halconazo”.
Echeverría es conocido por su rol en la llamada Guerra Sucia o “terrorismo de Estado”, cuando se proscribió al Partido Comunista de México (PCM) y se emprendió una guerra sin cuartel con la Liga Comunista 23 de Septiembre.
En ese momento su gobierno apoyaba la Revolución de Cuba, a Salvador Allende en Chile y al sandinismo en Nicaragua, pero dentro de México perseguía a movimientos de izquierda, estudiantiles y a la prensa.
Dio asilo a Hortensia Bussi, esposa del presidente chileno Salvador Allende, cuando este murió en 1973 después de ser derrocado por el golpe de Estado de Augusto Pinochet. También dio asilo político a gran número de exiliados provenientes de las dictaduras de América del Sur.
Afrontó juicios por genocidio por su papel en la masacre del 2 de octubre de 1968, cuando era secretario de Gobernación del presidente Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970). La matanza tuvo lugar en la Plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, donde más de 300 estudiantes perdieron la vida –conforme cifras de organizaciones civiles– que protestaban contra el gobierno.
Ya como mandatario, se lo responsabiliza del “Halconazo”, también llamada la matanza del Jueves de Corpus del 10 de junio de 1971, cuando paramilitares organizados por el gobierno, a quienes apodaban Los Halcones, agredieron a estudiantes que se manifestaban y dejaron 17 muertos.
El 8 de julio de 1976, un grupo de integrantes de la cooperativa de Excélsior junto con otro de infiltrados enviados por el gobierno de Luis Echeverría Álvarez dieron el “golpe final” al equipo de reporteros, columnistas, caricaturistas, intelectuales y trabajadores que encabezó el periódico más importante de América Latina, bajo la dirección de Julio Scherer García.
El pretexto fue lo de menos: el 10 de junio de 1976 ejidatarios encabezados por el diputado priísta Humberto Serrano, líder del Consejo Agrarista Mexicano invadió los terrenos de Paseos de Taxqueña, desarrollo urbanístico que pertenecía desde décadas atrás a la cooperativa de Excélsior.
Otro ataque a la libertad de expresión fue cuando a finales de 1971, tras el Festival Rock y Ruedas de Avándaro, Luis Echeverría decretó la prohibición de prácticamente toda la música de rock grabada por grupos nacionales.
La prohibición, conocida popularmente como el Avandarazo, incluyó la restricción de grabar más música rock, su venta en tiendas, la organización de conciertos masivos y la emisión en radio, algo que se mantuvo hasta inicios de los años 1980.
Tras dejar la Presidencia de México, su sucesor José López Portillo (quien fue su secretario de Hacienda) lo nombró embajador ante la Unesco, en París, hasta 1979.
Su última aparición en público fue en abril de 2021, para recibir su vacuna contra la COVID-19. En ese momento lucía frágil y en silla de ruedas.
Murió imputado
El expresidente Luis Echeverría Álvarez no falleció “impune”, consideró ayer el Comité 68, que agrupa a supervivientes de la masacre del 2 de octubre en Tlatelolco y líderes estudiantiles del movimiento.
“Echeverría pasó más de 2 años en prisión domiciliaria y murió como imputado por el delito de genocidio, es decir que nunca fue exonerado como se ha hecho creer, se le dejó en libertad bajo las reservas de ley y amparado desde 2009 por la inacción y argumentos leguleyos de la PGR, ahora Fiscalía General de la República”.
“La muerte de Echeverría no extingue la causa por un crimen de Estado (…) Les recordamos a las instancias encargadas de impartir justicia que los crímenes de lesa humanidad no prescriben (…) No olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos”, señala el Comité 68 en un comunicado