Prácticamente venía huyendo. Las huestes de Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles, por un lado, y de Pablo González, por el otro, habían dictado sentencia.
Las vías del tren fueron oportunamente dinamitadas. Y en un intento desesperado por alcanzar el puerto de Veracruz, acabó por internarse en la Sierra Norte de Puebla.
El destino y la historia –esas veleiodosas– quisieron que pernoctara en el pequeño pueblo de Tlaxcalantongo y que ahí, mientras dormía, en el interior de un jacal, cayera asesinado por las tropas del General Rodolfo Herrero, la madrugada del 21 de mayo de 1920. Hoy, hace 100 años justamente.
El gobierno del estado, el INAH y el gobierno municipal de Xicotepec de Juárez, encabezado por Guadalupe Vargas, no han querido que la fecha pase de largo. Desde hace meses sumaron esfuerzos para concretar el Museo Comunitario Venustiano Carranza, justo en su centenario luctuoso.

El sitio dedicado a la memoria del Varón de Cuatro Ciénegas está terminado e iba a ser inaugurado hoy, pero hasta eso impidió la pandemia por COVID-19: ahora tendrá que ser en agosto próximo, con la presencia del presidente Andrés Manuel López Obrador y el mandatario Miguel Barbosa Huerta.
Llovía aquella noche de pesadilla cuando Carranza fue sorprendido por el clamor de los disparos, junto a los hombres que lo acompañaban en la choza donde se resguardaban.
Tlaxcalantongo, población de Xicotepec de Juárez, protagonizó el magnicidio del hombre que, con errores y aciertos, luchó por reconstruir el sistema político de la nación apenas en construcción.

Además de ser testigo de la muerte de este caudillo y de ocupar un lugar en la historia de México, Tlaxcalantongo tiene una gran riqueza en cuanto a su patrimonio cultural intangible. De ahí que se ha destinado, en este recinto museístico, un espacio para mostrar no sólo la historia de hechos acontecidos en el pasado, sino también la memoria viva de sus pobladores.
Entre otras cosas, el museo reúne una bien lograda selección fotográfica seleccionada de la Fototeca Nacional y una reproducción exacta de la escena en que Carranza cayó abatido, según un croquis fiel publicado en su momento por el periódico El Universal.
A 100 años del aniversario luctuoso de Venustiano Carranza, la huella de este hecho histórico sigue viva, abierta, y Tlaxcalantongo, testigo de primera fila, no lo olvida.
