En septiembre el proceso electoral federal y noviembre el local, lo primero que hay es incertidumbre por la pandemia de coronavirus que nadie tenía en el radar, afirma Manuel Martínez Benítez y la detonación o agravamiento de crisis económica será el contexto determinante del escenario político.
Cómo se harán mediciones y encuestas, si en tierra u online y cómo operarán las campañas son incógnitas aún, considera.
Para Martínez Benítez, hay cuatro temas en la agenda pública: salud, que depende del curso de la pandemia y la obtención de una vacuna; inseguridad, que por tres sexenios es preocupación ciudadana prioritaria; economía, el “gran tema” de la próxima campaña que inicia con la forma en que gobiernos federal y estatales se hagan cargo del problema y las propuestas de los candidatos; y el cuarto, la corrupción.
“El tema de la corrupción viene creciendo desde hace muchos meses, llegó a su nivel más alto de preocupación y de percepción como el principal en el 2018, y fue la principal bandera del ahora presidente Andrés Manuel López Obrador. Vemos incluso que con cierta regularidad sigue siendo tema en todas sus comunicaciones; tanto, que nos enteramos que en su visita a Trump donde el tema central era economía, aparece la detención del exgobernador de Chihuahua César Duarte, por implicaciones de corrupción”.
Con todo este contexto, indica el especialista en demoscopia, encuestas nacionales y locales indican que Morena sigue siendo un partido con una importante intención de voto, primer lugar en estados y municipios y también en Puebla.
“Ha tenido una importante baja en sus niveles de votación, debido a que su principal actor político, el presidente de la República, ha tenido una baja en la aceptación ciudadana y esto le quita votos, porque está muy probado que está ligada a la intención del voto de Morena, y eso es lo que el presidente está tratando de evitar”.
Lo que crece, más que intención de voto para otro partido, es el número de gente indecisa, los que al menos ahora no saben por quién va a votar, observa.
La elección del próximo año, cree, la ganará quien le hable a sus electores con temas específicos, como economía, y que mueva estas fibras sensibles, ya sea de preocupación o de enojo.
El convencimiento estriba en dar a los ciudadanos un plan que les haga sentido de mejora para lo que están viviendo hoy.
Ahora mismo, “Morena tiene mayoría no absoluta sino simple, que lo obligará a tener algunos acuerdos si quiere hacer modificaciones a la Constitución; ganaría una mayoría de diputados y 12 de las 15 gubernaturas que van a estar en juego”.
En Puebla, Morena tiene posibilidad de conservar la mayoría en el Congreso, pero “habrá que ver cómo le pegan los malos gobiernos municipales que estamos viendo aquí y en muchas partes del país. Aunado con los problemas de la economía, puede cambiar el mapa político”.
Y por esto, asevera, ante la enorme incertidumbre “le toca a la clase política de este país ponerse a estudiar al electorado y ponerse de su lado”.
Concretamente, en el municipio de Puebla, el más disputado por su importancia como capital, “en la última medición de marzo, que se hizo de manera territorial, cara a cara todavía, justo antes de empezar la pandemia, los resultados revelaban que el partido político con más intención de voto era Morena, con 28.5 puntos porcentuales, el PAN en segundo lugar con 19.7 puntos porcentuales y un tercer lugar muy lejano del PRI con seis puntos porcentuales”.
Pero había –subraya el experto– 41 puntos porcentuales de gente que no tenía definido su voto.
“En eso me baso para decir que hay un gran porcentaje del electorado indeciso y que va a definir el voto, y que su inclinación dependerá de lo que escuche, lo que necesita oír de la clase política para tomar una decisión en la urna”.
Y explica:
“En esa misma encuesta hicimos un cruce sumando las posibles alianzas que se podrían llegar a dar, y aquí una alianza del PT, Morena y el Verde, contra una posible alianza de PAN, PRD, MC, Compromiso por Puebla y PSI, el resultado era 21.4 puntos para la alianza de la oposición, contra 28.9 puntos de la alianza del partido gobernante”.
En ese mes de marzo el partido con mayor simpatía era Morena, seguido por el PAN y el 41 por ciento de los poblanos decía no simpatizar con ningún partido político, informa.
“Y cuando vemos el rechazo partidista o por cuál partido nunca votarían los electores, ahí sí queda muy claro que en ese momento el mayor rechazo era para el PRI, con 42.9 por ciento, lo que revela a un partido con gran desgaste.
“Y eso también se ve en las encuestas nacionales, especialmente por su vinculación con el tema de la corrupción que ha sonado en las últimas semanas en el país por la extradición de Emilio Lozoya, y ahora con la del exgobernador detenido en Florida, también ligado al PRI. Igualmente les repercutirá ahora”.
El especialista considera que será muy interesante ver las encuestas que se sigan publicando ya en este nuevo contexto del país y de Puebla.
“Mi recomendación al electorado y a las fuerzas políticas: analizar las próximas encuestas, ya en territorio, para tratar de abarcar una medición de mayor espectro, y ver cómo se mueven las intenciones del voto, después de los efectos de estas crisis”.