Soliloquio
Felipe Flores Núñez
E l cierre de semana en el escenario político fue de contrastes, al pasar de un lastimoso luto a una serie de sucesos en el ámbito local y nacional que por su relevancia rompieron con el habitual ambiente de bostezos y de permanentes asperezas.
El pasado miércoles, por fatídica coincidencia, dejaron de existir dos mujeres que enriquecieron mucho la vida pública poblana, dado su activismo y firme convicción como luchadoras sociales. Ambas fueron motivo de sentidos homenajes póstumos.
Descansen en paz Ana Laura Martínez Escobar, regidora municipal por Morena, y Aurora Sierra Rodríguez, diputada local del PAN.
Un día después, desde muy temprano se confirmó la incursión de José Antonio Martínez García a la disputa por la gubernatura de Puebla, hecho que, coloquialmente hablando, le dará un buen “sabor al caldo” al acontecer de la política local.
A dos semanas de haber dimitido como secretario estatal de Salud, “el doctor” confesó haberse animado a competir tras ponderar su perfil ciudadano y su bagaje profesional, con lo que aseguró, sin falsa modestia, que se convierte en la mejor opción de Morena para los comicios del año entrante.
Martínez García es un caso atípico en la política poblana por haber irrumpido casi desde el anonimato a un cargo público que catapultó su imagen en el contexto de la pandemia de la COVID-19.
Nadie le puede regatear la capacidad y el liderazgo que ejerció durante los días más aciagos de la emergencia sanitaria, que le valió incluso reconocimientos a nivel nacional.
Se dice “todo terreno” y ofrece una campaña “casa por casa” que seguramente le abonará buenos réditos, aunque quizá no los suficientes para equilibrarse con quienes desde hace mucho se han enfrascado también en el mismo objetivo de la candidatura poblana.
Es vano negar que a estas alturas del largo maratón preelectoral están muy aventajados Ignacio Mier, Alejandro Armenta, Julio Huerta, Olivia Salomón y Claudia Rivera; no obstante, si logra aumentar su buen posicionamiento, podría servirle para alcanzar otra posición, ya sea la alcaldía de Puebla capital o, de mínimo, una diputación federal.
Por lo pronto, el autodestape del doctor Martínez García fue bien acogido por la dirigente estatal de Morena, Olga Lucía Romero, e incluso también por actores políticos antagónicos, como es el caso del posible candidato por el frente opositor, Eduardo Rivera Pérez, quien sin tapujos le dio la bienvenida.
El actual alcalde asumió que “esto se va a poner bueno” y consideró importante que cualquier ciudadano alce la mano para que la ciudadanía tenga mayor variedad en los perfiles.
Otro que dio el palomazo al exsecretario de Salud fue el dirigente estatal del Partido Verde Ecologista, Jaime Natale, quien consideró que el doctor Martínez García “es muy buen cuadro y un buen ser humano” y hasta adelantó que su partido no le cerrará la puerta.
En el escenario nacional, lo más sobresaliente de la semana fue sin duda la conclusión de la primera etapa del proceso selectivo que impulsa el Frente Amplio por México, conformado por el PAN, PRI y el PRD, a la par de organizaciones ciudadanas, para la designación de su candidata o candidato presidencial.
Entre lo destacable de tal acontecimiento está que no todos pudieron alcanzar el objetivo de recabar al menos 150 mil firmas de apoyo. De los 12 inscritos inicialmente, sólo cuatro cumplieron: Xóchitl Gálvez acreditó 554 mil 699 firmas; Beatriz Paredes 451 mil 934; Santiago Creel 368 mil 735 y Enrique de la Madrid 344 mil 729, lo que significa que sólo se mantendrán en la contienda los dos aspirantes del PAN y los otros dos del PRI.
A reserva de que se confirmen las cifras finales, los cuatro aspirantes que continuarán en la contienda obtuvieron en total casi 2 millones de firmas, cifra nada despreciable si se considera que se trató de una votación voluntaria abierta a la ciudadanía con relativa celeridad.
Resalta de manera significativa que las dos mujeres participantes en el proceso opositor concentraron poco más de un millón de firmas; es decir, 45% del total, y de esa cifra, la senadora panista fue la que obtuvo el mayor porcentaje en el registro universal, o sea, no partidista, con un total de casi 437 mil firmas.
Este dato hace suponer que muy probablemente será una mujer la que resulte ganadora de este proceso selectivo del Frente Amplio por México, lo que a su vez insinúa que la contienda presidencial se definirá entre mujeres, bajo el entendido de que será Claudia Sheinbaum quien abandere la postulación de la 4T.
Sobresale también que las dos propuestas aportadas por el PRD con Miguel Ángel Mancera y Silviano Aureoles quedaron eliminadas por incumplir con el requisito; incluso en ambos casos se habla de que incluyeron firmas falsas y otras anomalías, lo que generó inconformidad del dirigente perredista Jesús Zambrano, quien luego de amagar con abandonar al Frente decidió finalmente “pausar” la participación de su partido hasta no recibir una explicación más convincente. ¿Convencerlo de qué?
La siguiente etapa selectiva comprende un sondeo de opinión y varios encuentros en foros públicos hasta el próximo miércoles.
En el primero de ellos, celebrado el pasado viernes, como era de esperarse, los cuatro aspirantes a la candidatura presidencial abundaron en sus cuestionamientos al gobierno de la 4T.
Entre las críticas, señalaron que actualmente prevalece un presidencialismo autoritario, impunidad, abuso de poder, falta de contrapesos y uso de programas sociales con fines electorales.
Xóchitl Gálvez, Beatriz Paredes, Santiago Creel y Enrique de la Madrid denunciaron la inseguridad, el aumento de la pobreza, la carencia de medicamentos y hasta la pretensión de adoctrinamiento a los menores a través de los nuevos libros de texto gratuito.
Coincidieron también en la necesidad de mantenerse unidos al resaltar que México no necesita más odio y división, sino un auténtico gobierno de coalición ante los riesgos que afronta la democracia y la destrucción de las instituciones.
En un primer balance, resulta indiscutible que la activación del frente opositor le ha dado ya una dinámica interesante al proceso sucesorio en el que hasta ahora solamente actuaban como protagonistas las “corcholatas” de la 4T.
La diferencia de ambos bandos es que mientras los opositores ya exponen abiertamente ideas propositivas y planteamientos claros sobre proyectos de Nación, la parte oficialista constriñe su repetitivo discurso de lealtad y apoyo a las políticas públicas del presidente López Obrador, o acaso se atreven a plantear líneas de continuidad que no a todos parecen convincentes.
Sin el despliegue publicitario de bardas y anuncios espectaculares que ha invadido el país y eventos masivos con evidentes acarreos de los aspirantes de la 4T, el bloque opositor está ganando presencia social e importantes espacios mediáticos, además ya son tema de la discusión pública y eso es favorable para una mejor comprensión ciudadana sobre el proceso electoral que está próximo a iniciarse de manera formal.
Algo es algo y eso es mucho también.