Soliloquio
Felipe Flores Núñez
L a vida toda es siempre de contrastes. Así fue también la semana que concluye en el acontecer poblano, en la que abundaron las buenas noticias en distintos ámbitos, aunque también hubo espacio para sucesos lamentables.
Por su significado a corto y largo plazo, el acontecimiento más relevante fue la anunciada inversión millonaria que hará la empresa alemana Audi en su planta de San José Chiapa, lo que afianzará a Puebla como polo de desarrollo económico, con un prometedor liderazgo nacional en materia de tecnología automotriz.
Se trata de una inyección financiera de mil millones de euros para desarrollar proyectos de electromovilidad, que incluye hacer adaptaciones a la planta automotriz para producir automóviles con tecnología e-tron y baterías, para lo cual serán creados 500 nuevos empleos que su sumarán a los casi 5 mil existentes.
La inversión acredita que existe confianza en las condiciones que tiene Puebla para formalizar proyectos empresariales de gran dimensión, lo cual es muy plausible y debe atribuirse en buena medida al ambiente de estabilidad y gobernabilidad que ha imperado en la entidad durante los tiempos recientes.
El hecho también debe visualizarse como una oportunidad para que, de la mano del gobierno estatal que está por iniciarse, nuestras instituciones de educación superior mejoren y especialicen sus programas académicos afines a las nuevas tecnologías, con un enfoque en particular al ámbito de la siempre pujante industria automotriz.
Para instituciones de alto nivel, como la BUAP, los Institutos Tecnológicos y ahora también el Instituto Politécnico Nacional, su compromiso académico tendría que visualizarse en la formación y capacitación de nuevos cuadros y de técnicos especializados capaces de afrontar los retos que implica el asentamiento de empresas globales, como Audi y su filial Volkswagen, por citar algunas, lo que permitiría que Puebla pudiera ser punta de lanza de la industria 4.0 y un auténtico hub o centro logístico de electromovilidad.
Por otro lado, para destacarse, también que, a diferencia de lo habitual en Puebla, esta vez el proceso de transición del gobierno estatal habrá de transcurrir de manera cordial, amistosa y en un marco de respeto e institucionalidad.
En su primer encuentro después de los comicios, el mandatario Sergio Salomón Céspedes y el gobernador electo Alejandro Armenta Mier dieron muestras de civilidad y disposición para que el cambio de estafeta previsto para diciembre entrante transcurra en los mejores términos.
Muestra de ello es que, de manera inédita, se permitirá que para la configuración presupuestal del 2025 se tomen en cuenta las sugerencias que haga Armenta Mier, pues será él quien defina las partidas necesarias para la ejecución de los proyectos planteados durante su campaña electoral.
Céspedes Peregrina se comprometió también a dejar la administración pública con un estado financiero sano, sin más créditos o endeudamientos, con la finalidad de que el próximo gobernador pueda realizar su trabajo y lograr el desarrollo del estado.
En ese marco de entendimiento hubo expresiones mutuas de reconocimiento. Céspedes Peregrina aseguró que la Cuarta Transformación en la entidad continuará “y será fortalecida con el liderazgo de Alejandro Armenta, quien cuenta con una amplia experiencia en el servicio público”.
A su vez, Alejandro Armenta enfatizó que el actual gobernador ha tenido una etapa de mayor dinamismo, cercanía con los sectores sociales y coordinación con el gobierno de la República y los gobiernos municipales.
“Este nivel de competitividad que tomó el gobierno del estado es el punto de partida para poder avanzar”, enfatizó.
Ambos aseguraron que seguirán encontrándose y así ocurrió este fin de semana, cuando presidieron una comida con representantes de los medios poblanos de comunicación, con motivo del Día de la Libertad de Expresión.
Es significativa la visión del gobernador Sergio Salomón respecto al papel de los comunicadores, al afirmar que “un gobernante no debe estar cómodo con su prensa; al contrario, el saber que existe un periodismo vigilante, objetivo y valiente hace que la labor del gobernante tenga una contención que permita mantener la mesura y el equilibrio y en esa mesura y equilibrio poder distinguir entre la verdad y la mentira; entre lo que sirve para construir y lo que sirve para denostar y destruir, porque a final de cuentas tanto gobierno como medios de comunicación tenemos un objetivo común y se llama sociedad”.
En ese evento nuevamente Alejandro Armenta reconoció al gobernador por ser el promotor de la reconciliación con los diferentes sectores, incluyendo a los propios medios, y enfatizó que Puebla necesitaba reencontrarse con su sociedad, en tanto que Céspedes Peregrina auguró que su relevo pasará a la historia como “el mejor mandatario de Puebla”.
Así ambos rubricaron de manera fehaciente su voluntad de lo que será sin duda la transición de gobierno más tersa y colaborativa desde hace al menos casi 50 años, cuando como gobernador sustituto Guillermo Morales Blumerkron entregó el poder a Guillermo Toxqui, así como éste a su vez en 1987 a Guillermo Jiménez Morales.
En el terreno político y como secuela de la reciente jornada electoral, mientras que en el PRD y PRI están en pleno velorio, la batalla en Puebla se prolongó en los terrenos del Partido Acción Nacional, donde son varios los actores que se disputan las cenizas esparcidas tras la brutal embestida de Morena, con la única esperanza de que algún día podrán resucitar.
Son varios los grupos confrontados en la sucesión de la dirigencia estatal y eso hace suponer nuevas fracturas entre los afines a la todavía lideresa Augusta Valentina Díaz de Rivera, a los candidatos perdedores Eduardo Rivera Pérez y Mario Riestra Piña y a otros, entre los que figuran Genoveva Huerta y Rafael Micalco, más aquellos identificados por el sello yunquista y uno más, Edmundo Tlatehui, quien al menos tiene a su favor la calidad moral de llamarse triunfador.
Todo un enredo y una evidente falta de liderazgo en momentos donde si algo hace falta es la unidad para retomar la fuerza y el posicionamiento que alguna vez tuvo en Puebla el partido blanquiazul.
También en el ámbito postelectoral, muy reprobable que simpatizantes de Adán Silva Valeriano, actual alcalde de Palmar de Bravo, hayan bloqueado el viernes pasado la autopista Puebla-Orizaba en protesta por el triunfo en el recuento de votos del candidato independiente Juan Carlos Varillas Lima, lo que impidió su reelección.
Recuérdese que este municipio está enclavado en el epicentro del llamado Triángulo Rojo, donde hay presencia de grupos criminales y además imperan los hechos delictivos, derivados particularmente del robo y trasiego de hidrocarburos, lo que hace suponer que detrás de la inconformidad de algunos habitantes por el resultado electoral pudiera haber otro tipo de intereses.
Por otra parte, la semana que termina tuvo un mal inicio con el suceso en el que un menor perdió la vida, cuando un sicario le disparó a mansalva en el acceso de un plantel escolar, ataque que en realidad iba dirigido a su padre, cuyos presuntos nexos delictivos aún no han sido explicados a cabalidad.
El incidente ocurrido en San Andrés Cholula –que no es menor y que agrava el clima de inseguridad que ha permeado en la capital poblana y su zona conurbada– es toda una señal de alarma para las autoridades que están por llegar al poder y ratifica que el tema de la seguridad pública tendría que ser su mayor prioridad.
Ya de remate, por la noche del viernes se confirmó el deceso de Jean Succar Kuri a causa de una insuficiencia cardiaca.
Condenado a una sentencia de 94 años, el empresario de origen libanés fue el personaje central del caso que involucra a su paisano Kamel Nacif, ahora prófugo, y que a la postre, por denuncia de la periodista Lydia Cacho, llevó a prisión al exgobernador Mario Marín.
Así concluyó la semana de ajetreos y de buenas y malas noticias. Toda una semana de evidentes claroscuros.