Soliloquio
Felipe Flores Núñez
El gobierno estatal envió este miércoles al Congreso del Estado el Paquete Económico 2024, en cuyos proyectos de leyes de ingresos y egresos se prevé la disponibilidad de recursos para el cierre de gestión por 121 mil 469 millones de pesos.
Podría afirmarse que se trató acaso de un acto protocolario, de mero formalismo, pero esta vez no fue así. De manera simultánea, en un ánimo de apertura, el mandatario estatal Sergio Salomón Céspedes presentó ayer mismo ante los medios informativos las partes sustanciales de su propuesta fiscal.
Tal ejercicio de transparencia y rendición de cuentas es inédito, al menos en Puebla, en donde los discursos de “…sin pedir prestado un solo peso” del morenovallismo, o de “finanzas sanas” del barbosismo, resultaron ser meras falacias. En ambos casos, los perjuicios financieros aún subsisten.
Del primer asunto se supo con el tiempo de cómo se habían comprometido las finanzas públicas a largo plazo al usarse con malicia el esquema de proyectos para la prestación de servicios (PPS) para la construcción de mega obras, como el Centro Integral de Servicios o el Museo Barroco, así como para la instalación de la Estrella de Puebla, y para otras muchas maniobras que siguen implicando fuertes y obligadas erogaciones económicas.
En cuanto a lo otro, este gobierno detectó y tuvo las agallas de reconocer manejos irregulares de su antecesor, que provocaron daños a las finanzas estatales. Uno fue la inversión fallida por 606 millones de pesos en Accendo Banco, y otro, el relativo a una evasión ante el SAT por Impuesto Sobre la Renta (ISR) que obligó a pagar 722.3 millones de pesos.
Tales hechos derivaron en la obligada renuncia de quien fuera la secretaria de Planeación y Finanzas en el mandato barbosista, María Teresa Castro Corro, y poco después también de la titular de la Auditoría Superior, Amanda Gómez Nava a quien se acusa, al menos, de haber sido omisa.
Con esos antecedentes, el gobernador Sergio Salomón Céspedes entendió que además de su esfuerzo permanente por mantener la gobernabilidad y poner en marcha varios proyectos de obra pública, era también un compromiso ineludible hacer que las finanzas se manejaran de manera responsable y sin opacidad alguna, para lo cual puso al frente de la secretaría de Planeación y Finanzas a Josefina Morales Guerrero, reconocida por su capacidad, experiencia y probidad.
Limpiar la casa fue la primera tarea, y ahora, ante el cierre de su breve gestión, el gobernador marcó la directriz para hacer que los recursos se dispongan de la manera más eficiente y transparente posible, para permitir que la entrega de la cuenta pública al final de su mandato fuera a todas luces impecable.
En ese contexto puede interpretarse la manera inédita con la que ayer, ante los medios se presentó con el apoyo de un video de cuatro minutos la parte toral de la propuesta del Paquete Económico 2024, cuyo objetivo central es consolidar acciones ya perfiladas en materia de infraestructura, seguridad, educación, salud, bienestar, desarrollo económico y campo.
Se destacó que el proyecto tuvo como premisa el equilibrio de ingresos y egresos, que no habrá ningún nuevo impuesto, solo los ajustes inflacionarios de rigor, y que tampoco se prevé la posibilidad de contraer deuda alguna.
Y de colofón, se marcó el compromiso de fijar procedimientos que permitan al siguiente gobierno disponer de una plataforma muy sólida con información puntual de cada dependencia para dar seguimiento al Plan Estatal de Desarrollo, toda vez que Puebla no puede inventarse cada seis años.
Entre otros elementos, la buena gobernanza exige transparencia y rendición de cuentas. Eso es lo que en una primera lectura se percibe de la propuesta del Paquete Fiscal presentado ayer. Un buen inicio, ni duda cabe