No es tiempo de alarmismos. Hacerlo sería despreciable.
Pero tampoco es permisible que en momentos de contingencia y de una incertidumbre generalizada, la realidad se deforme o se minimice.
Hoy por hoy, la cosas como son, sin restricción alguna, siempre y cuando se digan en ánimo constructivo, de prevención y ante la necesidad de la máxima publicidad frente la pandemia del COVID-19.
Refiero lo anterior tras conocer las puntualizaciones que ofreció mediante una videoconferencia el médico Guillermo Torre Amione, director del TecSalud, dependiente del Tecnológico de Monterrey.
El especialista advierte que en la batalla contra el coronavirus, “México va por el camino que Italia, España y Estados Unidos, considerados epicentros de esta enfermedad, ante la baja cantidad de pruebas para diagnosticar, la limitada capacidad hospitalaria y la presencia de enfermedades crónicas, como diabetes, obesidad e hipertensión que padece gran parte de los mexicanos”.
Mediante un modelo de proyección desarrollado por académicos y especialistas de la UNAM y del TecSalud, se pronostica que el país enfrentará el COVID-19 con carencias en el sistema público de salud y desatención al sector médico, que es la primera línea en la batalla.
Ante ese escenario, se prevé un inminente colapso en el sector salud nacional, ya que nos coloca en una situación sumamente compleja, donde la capacidad instalada, tanto de recursos hospitalarios, de camas y ventiladores, se vuelve “altamente insuficiente”.
Explicó que hasta ahora, han sido las muertes las que han trazado la ruta de la pandemia en el país, ya que las pruebas aplicadas son pocas y, por lo tanto, los casos confirmados no están aportando la suficiente información.
Y es que, asentó, en México se hacen apenas tres pruebas por cada 100 mil personas, cifra similar a que se registra en Centroamérica, muy lejos de lo que por ejemplo hace Corea, que está haciendo 800 por cada 100 mil habitantes, y eso le ha permitido contener el número de casos mediante aislamientos estratégicos.
El diagnóstico del doctor Torre Amione, graduado en la Universidad de Chicago con la espacialidad en Inmunología, debería ser ponderado a cabalidad.
Nadie desea un escenario catastrófico en las etapas por venir, en las que como ya destacó el subsecretario de Salud del gobierno federal, Hugo López-Gatell, el capitán del barco en el que vamos todos, se darán brotes regionales y dispersión nacional de la enfermedad, por lo que los contagios serán contados por miles, con el riesgo, así lo asumió, de que los médicos y enfermeros no sean suficientes.
De ahí la importancia de resolver con éxito el reto actual, que obliga por un lado a la autoridad a prever situaciones extremadamente críticas, especialmente en lo que se refiere a la dotación de insumos, instalaciones y personal médico.
Y por el otro, a la sociedad entera, obligada a la reclusión domiciliaria y a la sana distancia como medidas de protección personal, familiar y social.